Trastornos de la Conducta

Videojuegos y Trastornos de Conducta

16 de Octubre, 2022 Sandra Lage

En una sociedad video-ludificada como la nuestra, los/as adolescentes juegan, y nunca mejor dicho, un papel fundamental ya que se tratan del colectivo más acusado de recibir los efectos de los videojuegos, que, sin supervisión, se ven sumergidos en una fantasía desmedida de poder y control.

 

Haciendo enfoque en los/as adolescentes con trastorno de conducta, de los cuales destacamos la falta de concentración y control de las emociones e impulsos, apreciamos como muchos de los videojuegos más famosos hoy en día pueden conseguir perpetuar en ellos/as patrones de comportamiento interrumpidos, ansiosos y agresivos.

 

Un ejemplo de estos reforzamientos puede verse cuando un jugador obtiene una recompensa por la conducta agresiva del personaje que maneja: cuantos más enemigos se maten, se agredan o más se delinca, más puntos recibirá.

 

Estas consecuencias, junto a un vacío emocional, pueden llegar a provocar problemas sociales como bajo rendimiento escolar, violencia, adicción, depresión, aislamiento social... Según el informe sobre adicciones comportamentales del Ministerio de Sanidad del año 2021, más de un 7,1 % de los estudiantes entre 14 a 18 años presenta un posible trastorno por uso de videojuegos.

Por otra parte, los videojuegos también tienen un lado positivo, no todo son peligros y amenazas. Teniendo en cuenta el tiempo de juego, podemos encontrar que una implicación de juego duradera al día puede provocar muchos efectos negativos en las emociones de las personas, como ya se ha señalado anteriormente, mientras que un uso más adecuado ajustado a las actividades diarias y el riguroso entrenamiento cognitivo mejora las habilidades mentales y las destrezas motoras.

 

En muchas ocasiones, como medida inmediata a la hora de prolongar un clima de sosiego en el hogar, las familias de adolescentes con TC, optan por no poner límites de tiempo para que el/la menor se distraiga el mayor tiempo posible.

En esta misma línea también se argumenta (Arcaya et al. 2012) que la ruptura y los problemas familiares en general, incrementan la necesidad que muchas veces tienen los adolescentes por evadirse o escaparse de problemas que les afectan porque no saben o no tienen los recursos adecuados para afrontarlos del modo más correcto.

Para que las familias logren un involucrase de manera adecuada a la hora de intervenir con los/as menores deberán seguir una serie de pautas como pueden ser:

  • Conocer las normas PEGI para elegir junto a sus hijos/a los juegos que les gustan, teniendo en cuenta que se ajusten a sus intereses y nivel evolutivo.
  • Respetar las edades recomendadas para cada videojuego.
  • Mostrar interés por los videojuegos de sus hijos/as.
  • Enseñar a los/as menores a controlar el tiempo que dedica a esta actividad.
  • Supervisar que sus hijos/as no dediquen todo su tiempo libre a jugar con los videojuegos.
  • No utilizar las videoconsolas como recompensa o castigo, ya que se les otorga más valor del que tienen.
  • Enseñar a jugar de forma sana para evitar problemas físicos.
  • Si se observa que el/la adolescente se está poniendo nervioso/a o agresivo/a con un juego, se debe hacerle parar.
  • Tener en cuenta los riesgos ante desconocidos.
  • Activar los controles parentales de las videoconsolas de última generación.

 

Y, por último, como la recomendación más importante, se debe pedir ayuda a profesionales que trabajen de forma sinérgica para que, tanto familiares como adolescentes, obtengan las herramientas y hábitos adecuados con el fin de lograr un desarrollo del/la menor satisfactorio.

Así con todo, con la finalidad de realizar una intervención en adolescentes con trastorno de conducta, se resalta la importancia de incluir la orientación y psicoeducación de los miembros de la familia.

 

Con respecto al ámbito socioeducativo, proponemos desarrollar actividades de prevención y sensibilización que estimulen el desarrollo del bienestar social, la mejora de la autoestima y las relaciones sociales en adolescentes. Dicha intervención socioeducativa deberá utilizar una metodología que conlleve generar el ejercicio de la autorreflexión y el pensamiento crítico para poder interpretar una realidad y cuestionarla. Con esto, los/as adolescentes podrán partir de sus propias experiencias para afrontar las cuestiones sociales en las que se fusionen aprendizajes, valores, actitudes y contenidos.

 

Un recurso esencial en nuestra metodología de trabajo es la motivación, ya que es una herramienta que impulsa a las personas a crear una demanda y así introducir cambios que den lugar a una alternativa reparadora en la que se trabajan componentes como el autoconocimiento, la autoestima, el asertividad, la autoimagen, negociación de conflictos, disponibilidad, autonomía personal y gestión del tiempo.

 

Además, es de gran relevancia que el plan de intervención sea individualizado con el objetivo de garantizar una atención personalizada y efectiva poniendo el punto de enfoque en sus necesidades individuales.

 

Es importante no olvidarnos que una integración social real conlleva una integración tecnológica también, por lo que concienciar a adolescentes sobre el uso de videojuegos es esencial para acompañarlos hacia un uso de éstos como una herramienta a través de la cual generar, transformar y transmitir significados culturales, políticos y sociales aportando a la colectividad una nueva concepción del mundo. (Cabañes,2021)

Educadora social de Ita Berducido

Estudiante del Máster en Intervención con Adolescentes con Trastorno de Conducta.