En el centro de hospitalización especializado en el tratamiento de los Trastornos Alimentarios se lleva a cabo una nueva actividad de arteterapia.
La nueva actividad se llama “Recorridos” y consiste en crear recorridos con los pacientes para transitar y explorar qué emociones, pensamientos o sensaciones aparecen. Siendo una libre y responsable de sí misma para decidir cómo y cuándo transitar por cada uno de los recorridos. La consigna que se les da a las participantes es intentar no utilizar la palabra para comunicarse. Mantener una escucha abierta en todos los sentidos, para así percibir de una misma y del otro la opción deseada. Dejarse sentir, aunque esta emoción a veces resulte incómoda, transitar por ella e intentar observar sin juicios. Porqué todo lo que una decida hacer en este espacio, si no hay violencia hacia al otro o hacia una misma, está bien y tiene valor.
Elena Garcia, terapeuta encargada de estas nuevas sesiones explica que “A veces aparece el sentido del ridículo por no saber para qué y hacía dónde camino. Es normal y positivo si aprendemos a sostenernos porqué nos hace permanecer en un interrogante que nos ayudará a mantener una escucha abierta hacia nosotras y hacía al otro, estando más receptivas para descubrir otras formas de hacer, de comunicarse, de sentir...”
Los recorridos que se cruzan, a veces se transitan individualmente y otras acompañada. ¿Cómo es ese encuentro con el otro, cómo lo vivo, cómo transitamos juntas ahora? Y luego, ¿cómo me despido de mi acompañante?
Al final del recorrido se plasma la vivencia en un papel en forma de dibujo o expresión plástica, para interiorizar mejor todas las emociones y poder hacer una valoración personal. Para acabar, el grupo de forma libre y voluntaria comparte oralmente su experiencia.
Os dejamos el vídeo de esta nueva actividad: https://youtu.be/7AUy18KSEbc
Algunos de los comentarios de las pacientes después de la sesión fueron los siguientes:
“Me cogieron de la mano y sentir su calor, entonces dejé de sentirme incómoda y me hizo sentir bien”.
“Cuando caminaba despacio por las líneas sentía que estaba siendo perfeccionista y necesitaba terminar el recorrido”.
“Cuando quería pintar solo me venían líneas en mi cabeza hasta que empecé no fui capaz de saber de lo que era capaz de hacer”.
“No quería caminar por la circunferencia porqué era como dar vueltas en el mismo lugar todo el tiempo y le recordaba como ella hacía antes en su vida. En cambio, otra persona comentó que a ella le producía bienestar y le gustaba permanecer allí.”
Para que suceda un trabajo personal es muy importante el vínculo que se establece entre participante y arterapeuta pero también el respeto y la confianza con el grupo.
