El término meltdown hace referencia al episodio de una reacción de frustración temporal o una sobreestimulación sensorial abrumadora (olores, ruidos excesivos, demasiadas luces…) que deriva en una situación de colapso o de pérdida de control temporal y puede afectar a cualquier persona en el espectro autista.
Se caracteriza por un episodio en que la persona puede parecer fuera de control, provocado por una sobrecarga de estímulos, entorno hostil o saturación; pueden aparecer gritos e intentos de autoagresión o autolesión.
Es importante tener en cuenta que, para acompañar a las personas con autismo durante un meltdown, debemos intentar mantener la calma, tener paciencia y evitar elevar el tono de voz o gritar. A menudo es complicado tratar de mantener la calma y control sobre la situación, pero cabe ser conscientes que el hecho de gritar o bien actuar bajo nervios, puede empeorar la situación aumentando la intensidad del meltdown.
Así mismo, es importante tener presente que el contacto físico en estas situaciones, puede ser contraproducente y es importante conocer en profundidad a la persona con autismo y sus características y necesidades a nivel sensorial, para poder actuar de forma respetuosa, ajustada y empática.
El shutdown hace referencia a la interiorización de sentimientos de ira y frustración, que pueden causar una crisis interior o internalizante para la persona con autismo. A menudo, puede pasar desapercibido con mayor facilidad, pero estos episodios son muy frecuentes.
En este caso, las personas con autismo cuando sufren un shutdown pueden parecer ausentes.
Los acompañantes (familiares, profesionales…) de las personas con autismo, mientras se produce un shutdown, deberían dirigirse a la persona, hablándole de forma pausada y tranquila y validando sus emociones y sentimientos de frustración. Además, algunas personas con autismo pueden preferir o necesitar un abrazo, pero es importante siempre preguntar y acercarse de forma respetuosa, ya que cada persona y cada perfil es único y diferente.
Tanto el meltodwn como el shutdown pueden significar una pérdida temporal de habilidades básicas. Respecto a las diferencias entre meltdown y shutdown, hacen referencia a la exteriorización o no de la sobrecarga sensorial. En este sentido, el meltdown se trata de externalizar la sobrecarga sensorial, en cambio, el shutdown interioriza la sobrecarga. En consecuencia, a menudo el shutdown, que puede ser más difícil de identificar y detectar, puede parecer de menor gravedad, aunque eso sería incurrir a un error, ya que ambos pueden ser igual de graves y causar interferencias significativas en el día a día de las personas con autismo y sus familias.
Así mismo, es importante destacar que los meltdown y shutdown, deben diferenciarse de las rabietas o explosiones conductuales.
Respecto a estrategias y herramientas, es importante tener presentes los cambios que pueden producirse a nivel ambiental para prevenir, adaptar y adecuar el contexto y ambiente a las personas en el espectro del autismo. Además, deberían fomentarse las estrategias de autorregulación emocional, herramientas de relajación y el autoconocimiento, ya que eso facilitará la adquisición de estrategias funcionales y adaptativas y podrá prevenir algunas posibles situaciones de meltdown o shutdown.
En conclusión, es importante concienciar y sensibilizar a la población sobre el autismo y estos episodios, con la finalidad de que las personas que podamos presenciar un meltdown o shutdown actuemos con respeto, sensibilidad y empatía.