Salud Mental Adolescente

Somatizaciones en niños y adolescentes

20 de Abril, 2025 Lidia Rodríguez Becerra

Para poder entender qué son las somatizaciones, debemos de comenzar contextualizando el término “psicosomático o somatización”. 

“Psico” hace referencia a todo lo relacionado con lo mental y “soma” a todo aquello relacionado con lo corporal (Díez & Hernández, 2023, p.20). 

Por lo que la somatización podría definirse como: “un conjunto de síntomas físicos que producen malestar y que no pueden ser explicados médicamente a partir de una revisión del cuerpo. Es decir, que allí donde hay una somatización hay problemas relacionados con el dolor y el malestar a los que no se les puede encontrar una causa a partir de un examen médico. ” (Torres, 2015). 

 

En las somatizaciones aunque no se encuentren causas de origen físico al malestar que sufre el menor, el dolor es real, es decir no existe un componente inventivo de este dolor. Estos niños van a tener repercusiones en cuanto al ámbito escolar (rendimiento), familiar y social y existiendo un mayor riesgo de desarrollo de sintomatología depresiva y ansiosa a lo largo de su vida. (Díez & Hernández, 2023). 

 

TIPOS DE SOMATIZACIONES 

Los tipos de síntomas somáticos existentes son muy variados, desde dolores de cabeza, abdominales, cansancio o debilidad hasta parálisis, sorderas o cegueras inexplicables. A los síntomas de tipo neurológico, como parálisis, crisis epilépticas o desmayos, se les denomina “síntomas conversivos”. (Díez & Hernández, 2023, p.27). 

 

Es importante que diferenciemos los síntomas de tipo somático de los trastornos somáticos. Podemos hablar de trastornos somáticos cuando aparecen síntomas de tipo somático (es decir, dolencias o afecciones físicas sin causa u origen médico) donde la frecuencia de estos es alta y conlleva a un determinado período de tiempo concreto y limitan a la persona a llevar un estilo de vida acorde a su edad. 

Los tipo de trastornos somáticos existente son: 

  1. Trastorno de síntomas somáticos. 

  1. Trastorno de ansiedad por enfermedad (conocido popularmente como “hipocondría”). 

  1. Trastorno de conversión. 

  1. Trastorno facticio. 

  1. Otro trastorno de síntomas somáticos y trastornos relacionados especificados. 

  1. Trastorno de síntomas somáticos y trastornos relacionados no especificados. 

 

Actualmente se estima que uno de cada cuatro niño, es decir un 25%, se queja de uno o mas síntomas somáticos a la semana. Aproximadamente un 10% tienen síntomas físicos no atribuibles a ninguna enfermedad comprobable medicamente. (Díez & Hernández, 2023, p. 45). 

Estos síntomas son más frecuentes en niños de edad escolar y adolescentes. En niños preescolares también suelen presentarse, sobre todo dolores abdominales. 

 

La causa de que los niños y adolescentes tengan mayor prevalencia que los adultos en desarrollar síntomas o trastornos somáticos es debida a que su lenguaje es más limitado, al igual que una menos capacidad de introspección (es decir, la capacidad de razonar que nos está ocurriendo emocionalmente y como nos influye). Tanto en niños como adultos con dificultad para expresar sus emociones tienen tendencia a somatizar más. (Díez & Hernández, 2023, p. 46). 

En edades comprendidas entre 3 y 9 años son más frecuentes los dolores abdominales, sin embargo los dolores de cabeza de tipo somático suelen aparecen más en la adolescencia. Los síntomas de tipo conversivos (síntomas neurológicos) aparecen en edades más avanzadas, a partir de los 16 años. (Díez & Hernández, 2023, p. 46). 

Además, cabe añadir que los síntomas y los trastornos somáticos tienen una mayor prevalencia en niñas. 

 

En la aparición de este tipo de patología o sintomatología interviene múltiples factores como: 

  • Genéticos (Existencia de trastornos mentales en la familia) 
  • Fisiológicos  
  • Familiares (patrones de comunicación disfuncionales, problemas de salud de familiares fallecimiento, problemas conyugales etc.…) 
  • Temperamentales o de personalidad (autoexigencia, inseguridad, perfeccionismo, miedosos etc..): los niños con este tipo de características suelen poner en marcha estrategias de afrontamiento menos efectivas para solventar problemas ya que tienen tendencia al pesimismo o la evitación, por lo que son más propensos a sufrir somatizaciones.
  • Ambientales (sociales y escolares): como por ejemplo podría ser el acoso escolar, la presión académica, etc.. 

 

Tratamiento 

La mayoría de somatizaciones no requieren atención médica o un tratamiento psicológico, solo en ocasiones cuando los síntomas son muy intensos, duraderos en el tiempo o producen repercusiones en la vida del niño. (Díez & Hernández, 2023, p. 65). 

 

Lo que nos encontramos en consulta es una dificultad de las familias y de los menores a identificar o aceptar que lo que se está ocurriendo puede ser producido por estrés u otros factores psicológicos, ya que al presentar síntomas físico esto es complejo de entender. El estrés o los factores psicosociales como, separación de los padres, nacimiento de un hermano, fallecimientos, alta o baja exigencia sobre los hijos, exceso o falta del atención/tiempos/cuidados. Estos no son factores determinantes, pero si aumentan la probabilidad de esta sintomatología. 

 

¿Cómo tratar las somatizaciones? 

1. Realizar un buen programa de rehabilitación: en resumen esto sería "VOLVER A LA NORMALIDAD" diaria del niño o el adolescente. Este plan debe ser adaptado e individualizado para cada caso. 

Hay que:

  • Mejorar la discapacidad funcional: es decir, controlar las limitaciones que sufra la persona en la vida diaria. 
  • Mejorar la capacidad de afrontamiento: enseñar tanto al niño como las familias técnicas específicas para afrontar los síntomas. 
  • Psicoeducación: Explicar que es somatización identificar desencadenantes y mantenedores de los síntomas. 
  • Prestar atención a los hábitos alimentarios y de sueño 
  • Explorar expectativas 

 

Equipo multidisciplinar: En ocasiones se necesita un seguimiento psicológico, psiquiátrico y médico. 

Para su éxito es necesaria la colaboración familiar y escolar. 

 

  1. Intervenciones cognitivo- conductuales: 

Nuestros pensamientos influyen en nuestras emociones (lo que sentimos) y en nuestro comportamiento (lo que hacemos) si conseguimos cambiar la forma en la que pensamos, podremos modificar/gestionar nuestras emociones y nuestro comportamiento. (Díez & Hernández, 2023, p. 71). 

 

Estas intervenciones están focalizadas/orientadas a identificar y modificar pensamientos y comportamientos menos adaptativos.  

Es importante reforzar las conductas adaptativas del niño y reducir la atención al síntoma. Son conductas adaptativas la que no nos alejan de la normalidad, a pesar de la presencia del síntoma. (Díez & Hernández, 2023, p. 76). Esto puede sonar algo brusco ¿Cómo voy a dejar de prestar atención a mi hija que está sufriendo dolor?, la realidad es que siempre que la seguridad, en el sentido más estricto de la palabra, este presente (no haya situación de peligro) es mejor desviar la atención del síntoma, ya que lo contrario aumentaría la intensidad de estos. (Díez & Hernández, 2023, p. 76). 

Las conductas que alejan al niño de la normalidad podrían ser por ejemplo no ir al colegio, quedarse mama en casa con el/ella y no acudir al trabajo, dormir con los padres etc.  

Hay que tener en cuenta que dependiendo de la intensidad de los síntomas, poco a poco tendremos que ir involucrando al niño en actividades que antes realizaba. Sin forzar pero tratando de recuperar esa autonomía perdida. De esta forma evitamos reforzar o replicar el rol enfermo. 

Por otro lado vamos a tener que ser pacientes y establecer metas a corto plazo.  

¿Qué podemos hacer? 

 

ENTRENAMIENTO EN ACTIVIDADES DE DISTRACCIÓN: 

Lo que se pretende con esta técnica es hacer otro tipo de actividades y no dedicar tanta atención al síntoma. Algunos ejemplos de ellas podrían ser: 

  • Técnica de los 5 sentidos: consiste en buscar en el entorno que estemos 5 cosas que veamos que no nos habíamos dado cuenta que estaban ahí, cuatro cosas que podamos escuchar, 3 cosas que podamos sentir a través del tacto, 2 cosas que podamos oler y una cosa que podamos saborear. 
  • Dedicar unas horas al día a hablar del dolor, y solo en ese momento se dedicara ese espacio en concreto al dolor. 
  • Contar hacía atrás como método de juego (contar de 100 para atrás de 7 en 7). 
  • Técnica de estar en el presente (contar cosas de un mismo color, hacer juego de palabras encadenadas, etc..). 
  • Hacer dibujos o colorear, escuchar música. 

 

ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES DE AFRONTAMIENTO Y MEJORA EN EXPRESIÓN DE EMOCIONES TANTO AGRADABLES COMO DESAGRADABLES (IRA, TRISTEZA, MIEDO ETC… 

Es importante que el niño sepa que se puede expresar cualquier tipo de emoción (agradable o desagradable) sin que esta sea invalidada. 

Este libro lo utilizo mucho en consulta para enseñar a los más pequeños a identificar y expresar emociones. 

 

TÉCNICAS DE RELAJACIÓN:

Existen variadas técnicas de relajación que podemos utilizar como : 

  • Técnica de relajación para niños de Koeppen 
  • Técnica de relajación muscular progresiva de Jacobson 
  • Respiración diafragmática 

 

Todas estas técnicas nombradas anteriormente son muy efectivas sin embargo la más utilizada en niños es la “técnica de relajación para niños de Koeppen” que se utiliza para niños en edades comprendidas entre 4 y 11 años. 

 

AUTOINSTRUCCIONES POSITIVAS: 

Consiste en modificar los pensamientos negativos en otros más positivos (Ej: “no puedo hacerlo”, “soy el peor” por otros como, “aunque me cueste puedo hacerlo”, “voy a conseguirlo “soy capaz”). (Díez & Hernández, 2023, p. 80). 

Estas autoinstrucciones positivas son una forma de mejorar el diálogo interno del niño. 

 

USO DE IMÁGENES POSITIVAS:

Consiste en visualizar mentalmente imágenes que evoquen pensamientos o emociones positivas (Ej: piensa en el día más feliz de tu vida y que expliquen con detalle como olía, quien había, que veían etc., o mediante fotografías). 

 

¿SE CURAN LAS SOMATIZACIONES?  

La respuesta es sí. Todos en algún momento de nuestra vida hemos sufrido somatizaciones y la evolución normal es a que vayan desapareciendo o al menos que vayan perdiendo intensidad. Muchos adultos saben que cuando están estresados les duele el cuello o la cabeza. Otro sin embargo pueden salirle erupciones en la piel o problemas intestinales como deposiciones líquidas o estreñimiento. (Díez & Hernández, 2023, p. 145). 

 

Por lo que ya sabemos que manifestaciones físicas y emociones están íntimamente ligadas. Un ejemplo de esto son las lágrimas. Las lágrimas tienen un función fisiológica aparecen como forma de protección del ojo ante cuerpos extraños o temperaturas extremas pero también aparecen como manifestación de un dolor físico o como elemento visible de sentimientos o emociones como la tristeza, alegría, miedo o ira. Cuando sentimos vergüenza ay nos ponemos rojos o cuando estamos ante un peligro y se nos acelera el corazón. (Díez & Hernández, 2023, p. 146). 

 

La mejor forma de ayudar a niño o adolescente con este tipo de dolencias podría ser: 

  • Mejorando la comunicación. La comunicación debe ser clara y asertiva, generando un clima de confianza y seguridad(congruencia entre comunicación verbal y no verbal). Debemos de evitar que los niños se sientan puestos en duda, invalidados o culpabilizados cuando expresan sus sentimientos.  

En caso de que los niños no quieran hablar debemos respetar su espacio y mostrarnos disponibles para ellos. 

  • No descuidar las rutinas y hábitos saludables 
  • Ayudarles a que no se alejen de la normalidad. 
  • Practicar técnicas de distracción y relajación. 

 

BIBLIOGRAFÍA 

Arturo Torres. (2015, diciembre 3). ​Somatización: ¿qué es y qué síntomas produce?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/somatizacion 

Díez, A., & Hernández, C. (2023). Somatizaciones en la infancia y la adolescencia. Plataforma editorial. 

 

Piscóloga Ita Jerez

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