Septiembre puede resultar sin duda la competencia directa de enero. Para muchos, la llegada de este mes supone el sentir unos nuevos 365 días en forma de páginas blancas, listas para ser escritas. Llegan nuevos inicios, retos, metas y propósitos a los que hacer frente. Empieza un nuevo curso y con este, pueden aflorar variedad de emociones según cada adolescente. Ilusión por estar más cerca de sus metas, pero también, ansiedad de no conseguirlas, miedo por no ser como sus compañeros, anticipar frustraciones pasadas…
Como sabemos, el manto de la inseguridad en la adolescencia es un continuum que los adultos debemos tener siempre presentes para poder acompañar a los adolescentes en su debida medida.
De este modo, con tal de hacer la vuelta al estudio más agradable, os presentamos los siguientes tips de hábitos y rutinas de estudio saludables.
- Aprovechad los días previos al inicio de curso para hablar con vuestro hijo/a como anticipa este nuevo año académico. Compartir sus miedos le aligerará y juntos, podréis darles otra narrativa y diseñar estrategias de enfrentamiento. Saber que los adultos también fueron estudiantes y superaron miedos probablemente semejantes, les facilitará interiorizar las estrategias y el espíritu de superación al saber que sí se puede.
- Siguiendo con los días previos al inicio de clases, más viniendo del verano, será importante asegurar que la habitación del adolescente está preparada para acoger de nuevo al estudio. Ello supone que el espacio resulte lo más ordenado posible, que los estímulos distractores queden fuera de su alcance (especialmente a la hora de estudiar) y haya una buena iluminación y ventilación. Hacer que sea agradable el lugar de estudio solo podrá facilitar el mismo. Es del todo recomendable evitar el estudio en zonas comunas del hogar, de tránsito o ruidosas.
- Otro aspecto a considerar, resulta el estilo organizativo de cada estudiante. Hay estilos para cada tipo de alumno, aunque no siempre resultan funcionales. Algunos no disponen de ningún tipo de organización; para otros, esta solo existe las últimas 24 horas; otros estudiantes viven por y para el estudio, olvidándose de que la vida también está en otras esferas… De un modo u otro, muchos estilos organizativos suelen conllevar ansiedad y ello es lo que, con un nuevo curso, es un reto más a trabajar. Ayudar a vuestro hijo/a a construir un plan de organización realista, adaptable y personal. Nunca funcionará un mismo plan para dos personas, ya que cada uno tiene sus rasgos de personalidad, tipo de funcionamiento, dificultades, actividades… Así que ayudar a tener una hoja de ruta realista, flexible y adaptada a su situación personal dotará de estabilidad, estructura y tranquilidad a cualquier estudiante. Recurrir a una agenda, planificador o calendario, siempre con fechas, será más que imprescindible. Muchos dirán que todo está en su cabeza y no necesitan apoyos por el estilo, pero será importante que tengan conciencia que la memoria es un recurso limitado y está puede fallar en cualquier momento, más a medida que uno se va haciendo mayor, con todas las tareas que el día a día irán acomulando para su atención. Añadir que, este recurso de organización, deberá poder ser transportable para que les acompañen ahí donde vayan (centro académico, hogar, biblioteca, casas de amigos…), así será la manera de que la organización esté siempre disponible con ellos. Para ello, será imprescindible el hábito de consultarlo a diario como aquel que consulta sus redes sociales. Deberán interiorizar el gesto de forma automatizada.
- Comprobar las técnicas de estudio usadas y renovar el repertorio también será clave. Probablemente, muchos estudiantes recurren siempre a las mismas aunque no sean siempre fructíferas. Por suerte, existen nuevas y creativas técnicas de estudio que hacen del esquema y resumen dos clásicos con múltiples posibilidades de enriquecer. Consultar juntos técnicas de estudio y promover que las vaya aplicando durante el curso.
¡Desde Ita, os deseamos un feliz curso 2025-2026!