Salud Mental

Síndrome de la cara vacía

17 de Abril, 2022 Cristina González

El “síndrome de la cara vacía”, así llaman algunos al miedo que tienen muchos y muchas adolescentes a la inminente generalización de la retirada de las mascarillas. Esto llega tras dos años de pandemia, donde hemos sufrido una montaña rusa de normas, pronósticos y oleadas con la paralela montaña rusa de emociones, tales como el miedo, la incertidumbre o la ansiedad. Durante este tiempo las relaciones y la comunicación, en la mayoría de los momentos, se han mantenido a través de una pantalla o de una mascarilla, como con una especie de distancia relacional que ahora disuelven.

 

Si hablábamos de montaña rusa emocional para el conjunto de la población, esto se ha visto acentuado para aquel colectivo que ya vive interiormente su propia montaña rusa, los adolescentes. Esta época donde se dan grandes cambios, tanto físicos, como psicológicos y emocionales.

En esta situación, la mascarilla ha generado dos situaciones: ha sumado un escudo evitativo de ciertos afrontamientos que generan inseguridad o vergüenza; y ha restado aprendizajes sociales.

 

Vamos a por el primero de ellos, como escudo evitativo donde la mascarilla ha “protegido” de enfrentarse a ciertas inseguridades, tanto físicas como el acné o la ortodoncia; como emocionales, en los casos de ciertas reacciones naturales como la vergüenza. Los adolescentes más introvertidos, con inseguridades previas, con baja autoestima, o con historias de rechazo social, son los que más negativa muestran al hecho de deshacerse de la mascarilla. El miedo y la vergüenza a volver a mostrarse sin esta protección, es lo que algunos describen como dejarles desnudos ante el mundo.

 

Atendiendo al segundo punto, ver la cara de la gente y sus reacciones emocionales permiten regular y aprender de las tuyas propias en la dinámica de la relación social. Sentir que te sonríen ante tu llegada o ante algo que puedes decir configurara tu propio autoconcepto y mejora tu autoestima, al igual que de forma contraria, reconocer que has ofendido, que no interesa lo que estás explicando, o que la otra persona querría participar en lo que estáis construyendo en la conversación, son algunos ejemplos de aprendizaje natural de las relaciones con los otros que durante estos dos años han estado paradas o se han mantenido en mínimos.

¿Qué hacer ante esto? 

Lo más importante, no obligar, esto haría aumentar aún más su miedo y negativa. Es un buen momento para utilizar un afrontamiento progresivo, desde la comprensión, desde el reconocimiento de la dificultad, hablando de esta situación y de lo que se siente desde el contexto en el que nos encontramos. Un afrontamiento progresivo consiste en acordar objetivos que nos acercan paulatinamente a eliminar la mascarilla con pasos previos que resulten asumibles. De este modo aumentamos la sensación de control y capacidad.

 

Al mismo tiempo, es una buena oportunidad para abordar temas como el respeto y las inseguridades.  Un buen contexto que permite abordar estos temas es la escuela. Es frecuente que en las épocas de vuelta al cole se incrementen los temores, y las inseguridades por pensar en la posibilidad de recibir ciertos comentarios ante posibles cambios que haya experimentado mi cuerpo, por ejemplo; con la mascarilla pasa lo mismo. Esto lleva, en muchos casos a conductas evitativas y desafiantes por el miedo a no enfrentar aquello que nos puede dañar. Poder hablar estos temas y qué se puede hacer para que los demás se sientan menos expuestos son opciones de tutorías o intervención en el ámbito académico que pueden repercutir positivamente en el desarrollo de habilidades como la empatía y las habilidades sociales o emocionales.

 

Para concluir, entender la situación que hemos pasado con comprensión y autocompasión, nos permite facilitar la comprensión y compasión con nuestros adolescentes; para quienes las relaciones sociales son un mecanismo de regulación emocional que ha estado marcadamente limitado en estos dos años. Demos tiempo a volver a generar un nuevo hábito con el acompañamiento y ayuda que necesitan.

 

Psicóloga de Ita Sabadell