Hoy, 2 de junio de 2019, es el Día Mundial de Acción de los TCA; con este motivo, desde ita especialistas en salud mental, queremos contribuir a mostrar una imagen real de estos trastornos.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria, TCA, son trastornos mentales multifactoriales, y su origen puede ser biológico, psicológico o sociocultural; además suelen venir acompañados por otros problemas de salud mental como la depresión, la ansiedad o los trastornos de la personalidad, entre otros.
Con motivo de este día, tanto nuestros pacientes de las unidades de Hospitalización, Hospital de Día y Consultas Externas, como nuestros profesionales, han querido unirse a la lucha de los TCA dándoles visibilidad. Los TCA son trastornos muy presentes en nuestra sociedad aunque aún no se conocen en profundidad.
#LOSCUENTOSQUENOSCUENTAN
Es una campaña de sensibilidad y desmitificación creada para dar visibilidad a estos trastornos.
En ella participan personas afectadas, familiares, profesionales y personas no afectadas por la enfermedad. El objetivo es romper los mitos que se han ido creando alrededor de estos trastornos durante muchos años, y explicar realmente qué son los trastornos alimentarios.
La campaña se compone de 2 fases. En la primera, hemos creado un video en el que los profesionales nos hablan sobre lo que NO SON los TCA; y en el segundo, afectados, familiares y profesionales explican QUÉ SON los TCA.
La campaña está activa en todas las redes sociales bajo los hashtags:
#Loscuentosquenoscuentan #LosTCAnoSon #StopTCA #LaRecuperacionEsPosible #JuntosActuamos #SaludSinBulos #WeDoActTogether #TCA
¡Únete a la lucha de los TCA!
ACTUÁNDO EN LA LUCHA DE LOS TCA
Con motivo de este día los centros de ita que tratan estas patologías han llevado a cabo diferentes actividades con los pacientes, uniéndose a esta lucha y a la visibilidad de estos trastornos.
Algunos de nuestros pacientes han salido a la calle para preguntar sobre los temas relacionados con los Trastornos de la Conducta Alimentaria, y ver si realmente la sociedad es consciente de lo que son. Esta actividad ha permitido a las pacientes mejorar sus habilidades sociales, aprender a trabajar en equipo y ser más flexibles, además de sensibilizar a la población sobre estos trastornos y hacerlos conocer un poco más la realidad de estos.
También se han hecho talleres de grupo, donde los pacientes han trabajado el cómo se sienten conviviendo con este trastorno. A través de simulaciones, han representado un momento en el que la enfermedad los limite y han trabajado en los sentimientos que les generan todos estos momentos.
En uno de nuestros centros, ita Moscatelar, han decidido trabajar en el comedor, haciendo un mural de “El Principito”, de tal manera de que las pacientes puedan sentirse más cómodas en este espacio que, a veces, supone una mala experiencia para ellas.
CUANDO EL COMEDOR PASA A SER TODO UN MUNDO
“Al ponerse delante de una pared vacía parece que las dudas desaparecen, que los miedos se esfuman, que la rigidez se flexibiliza y que incluso las exigencias se atenúan.
Llenando de color un espacio como es el comedor, que en otras ocasiones resulta tan hostil, otras emociones entran en juego, y esa asociación se reduce.
Al coger los pinceles ya no era “el espacio donde venimos a hacer las ingestas”, sino que se convirtió en un lugar de juego, de relación, de calma.
Los dibujos que eligieron, extraídos del Principito, les transmitían cosas muy diversas, pero todas ellas alejadas del malestar que asocian a convivir con el TCA, y el miedo a cambiar aquellas conductas que las dañan pero que a la vez sienten que las protegen.
Viéndolo, reciben la capacidad de dejar fluir el pensamiento, de romper el encierro en que introducen en ocasiones su propia mente. Hacer añicos la única forma de ver y comprender las cosas que habían encontrado hasta el momento, y con esos añicos, echando mano de una imaginación y creatividad formidables, reconstruir una (o múltiples) realidades y pensamientos distintos.
En relación con esto, les transmite que las cosas pueden interpretarse de diversas maneras. Que el pensamiento imperante en los momentos en que el TCA gana espacio puede ser una interpretación errónea; que cuando están tan metidas en ese pensamiento dejan de ver lo que hay alrededor, pero que en realidad existen alternativas, y una misma imagen puede tener un significado, otro o incluso el contrario.
Las transporta a la infancia, a ese momento en que todavía no habían irrumpido las preocupaciones que ahora están tan presentes. Un momento de calma y bienestar; un lugar seguro al que volver cuando las cosas se ponen difíciles, un espacio que tantas veces comienzan a construir al empezar un tratamiento.
En esta línea, les transmite alegría, les transmite esperanza. Les recuerda que se encuentran en un proceso de cambio y que las pinceladas más dulces empiezan a reconfortarlas, y que los colores más claros empiezan a iluminarlas.
Sienten que el vacío que las ha inundado e inunda, que de tantas maneras han tratado de llenar, puede llegar a reducirse de un modo que no las dañe, pintándose con capas de color nuevas, construyendo herramientas y facetas distintas.
El planeta les recuerda que cada una viene de un lugar distinto, con su mochila llena de experiencias, personas y emociones diversas, que de alguna manera las han conducido aquí, a este espacio terapéutico donde se han juntado y han encontrado la fuerza para reconstruir todo lo vivido, y generar nuevas experiencias, nuevas personas y nuevas emociones, fortaleciéndose en el proceso.
Dentro de este nuevo mundo que empiezan a construir, reconocen que tienen que mantenerse alerta, porque ocasionalmente surge un “baobab”, este monstruo enorme que colapsaría de inmediato un planeta tan pequeño, como ellas pueden llegar a sentirse. Por eso hay que arrancarlos cuando crecen, de manera regular, para permitir que las rosas florezcan.
Al ver los aviones, tienen la sensación de que la manera en que creen que pasan por el mundo, como una ráfaga que pronto desaparecerá sin ofrecer gran cosa…, puede no ser así, y que quizás, si eligen dónde y cómo observar, encontrarán la huella que generan en tantas personas y tantos lugares.
La rosa simboliza la zona de confort, aquel lugar en el que se han instaurado para evitar el contacto con un exterior que anticipan como dañino, pero que a la vez les impide acercarse a tantas otras experiencias. Siempre encerradas en esa elección no pueden ver lo que va más allá, no dan alas a su vida para crear y crecer.
Por último, es necesario subrayar la importancia que presenta el elefante en el conjunto.
Para ellas, un trastorno como el que viven, y contra el que están luchando, es difícil de entender a ojos de quien no ha tenido que sufrirlo. En ocasiones se reduce el significado de sus dificultades a un síntoma, un cuerpo o una intención básica, desoyendo lo que realmente oculta una patología de estas características.
Quieren sentirse entendidas, o al menos intentar que se pueda conocer un poco más. Difundir al máximo lo que hay detrás de un TCA para que se puedan prevenir cuando todavía no ha surgido o actuar cuando ya está presente.
Porque con más manos, con más miradas y con más abrazos se vuelve un poco más fácil, o al menos un poco menos duro.
Y con todo esto se puede ayudar a desconstruir los estigmas, y observar que detrás de la imagen de un sombrero, puede ocultarse una sensacional boa comiendo un elefante.”