Para saber si tenemos una buena relación con la comida lo primero que debemos comprender es que la alimentación se compone de tres áreas:
- Fisiológica: aquellos alimentos que necesitamos para que nuestros órganos funcionen correctamente.
- Social: alimentación relacionada con el disfrute, compartir se centran más en nuestros gustos y apetencias.
- Mental: lo que opino sobre lo que como, por qué y para qué.
Una buena relación con la comida engloba nuestras necesidades orgánicas, contextos sociales y emociones.
Desarrollemos esto: Los alimentos pueden ser nutritivos o no nutritivos pero mi conducta es lo que hará que sea saludable o no.
Pongamos un ejemplo sencillo:
Bizcocho de yogur
- Saludable: lo hago de vez en cuando y los disfruto comiendo una ración variable cuando me apetece sin excluir otros alimentos. Por ejemplo, no es mi único desayuno.
- No saludable: me lo como de una sentada, diciéndome que mañana ya no lo volveré a comer o prohibiendo otro tipo de alimentos azucarados ese mismo día.
Bizcocho de avena, plátano y dátiles
- Saludable: lo hago de vez en cuando y lo disfruto comiendo una ración variable cuando me apetece sin excluir otros alimentos. Por ejemplo, no es mi única merienda.
- No saludable: es lo único dulce que me me permito y lo sustituyo por el bizcocho de yogur (aunque me gusta). Al ser nutritivo lo tomo en grandes cantidades y continuamente, por lo que desplaza el consumo de otros alimentos que son buenos para mi.
La conducta saludable es saber usar los dos, pues son bizcochos diferentes (tanto de sabor como textura) y el creer que el nutritivo es mejor (solo lo es a nivel nutricional) podemos darle un uso inadecuado: aumentar la frecuencia y cantidad sin conectar con nuestras sensaciones y fomentar que el otro bizcocho no debemos comerlo, qué está mal: esto nos genera mucha ansiedad cuando lo queremos comer, porque seamos honestos, está buenísimo.
Por otro lado, cuando hablamos de alimentación social nos referimos a aquellas comidas no tan equilibradas nutricionalmente, sino que se relacionan más con el disfrute, el placer (puede ser una persona sola consigo misma), con el compartir gustos concretos y apetencias.
Si mis decisiones alimentarias están sesgadas por la obligación de que solo debe haber alimentos nutritivos puede que pase momentos incómodos en estas situaciones o que quiera evitar o limitar mis momentos sociales.
Por ejemplo: es muy incómodo no poder comerme unas palomitas en el cine porque me puse a dieta y renunciar al plan o que me genere ansiedad pensar que tengo que aprovechar ese momento porque no se cuando volveré a tomarlo.
La conducta adecuada sería disfrutar de esas palomitas conectando con mis sensaciones de hambre, saciedad y satisfacción sabiendo que puedo volver a comerlas en cualquier otro momento, esto sería una decisión libre y no condicionada.
Por último, centrándonos en el aspecto de la alimentación a nivel mental, siempre que mi plan alimentario sea controlar el peso, puede que mis decisiones alimentarias estén regidas por reglas y no sean libres.
Aquí es donde nos planteamos:
- ¿Tengo una alimentación completa? ¿Como todo grupo de alimentos con un sistema de frecuencias y cantidades adecuado?
- ¿Mi alimentación me limita estar en ciertos eventos o siento incomodidad cuando estoy en ellos?
- ¿Qué impacto tienen mis reglas: no debo comer X, solo X cantidad, pero me apetece más o me ofrecen X alimento que no está dentro de mis planes, ¿qué hago?
Aprender a comer y relacionarnos con la comida, sin poner el foco en el control del peso es aprender a cuidarnos, pues somos seres humanos que tenemos un contexto, unas características individuales, sociales, nos relacionamos y sentimos (hambre, saciedad y emociones) y todo esto es lo que determina nuestra salud, no nuestro peso.
Indicadores de como es mi relación con la comida:
Mala relación con la comida |
Buena relación con la comida: |
Contar calorías y alimentos prohibidos |
Estructura y flexibilidad alimentaria |
Dieta entre semana, libre los findes |
Alimentación de lunes a domingo |
Negarme el hambre |
Conectar con mis sensaciones y validarlas |
Alimentos buenos y malos |
Conductas acordes a mi |
Adaptar mi vida a un tipo de alimentación (intentar que no cambie) |
Adaptar la alimentación a mi vida (que cambia constantemente) |
Peso como indicador de bienestar |
Peso: un parámetro más, ni bueno ni malo. |
Nuestra alimentación debe tener una estructura flexible, priorizando alimentos nutritivos que necesitas, sin olvidar aquellos menos nutritivos que disfrutas, compartes y aprende a relacionarte con ellos y dales su lugar. Tu salud está determinada por tus hábitos alimentarios, emocionales y sociales capaces de adaptarse al momento de la vida en el que estés.