Trastornos de la Conducta Alimentaria

Violencia Sexual y Trastornos de la Conducta Alimentaria

22 de Enero, 2023 Cristina del Rocío González Sevillano

¿En estos días has vivido una situación de miedo elevado desajustado, donde sabes objetivamente que el peligro no es tan grande pero que conectas con tu línea de vida o vivencias de trauma? ¿Presentas sentimientos de culpa y vergüenza de manera habitual? ¿Sueles gestionar estas emociones a través de la comida? 

 

Estas podrían ser preguntas apropiadas para empezar a identificar y abordar una experiencia de violencia sexual la cual puede tener como consecuencia física el desarrollo de un trastorno de conducta alimentaria. 

 

El abuso sexual infantil (ASI) es una problemática mundial y cuyo número de víctimas aumenta cada día. La violencia sexual es probablemente el tipo de maltrato más repudiado por toda la sociedad, dentro de la cual se puede entender el abuso sexual infantil como la violencia de carácter sexual ejercida a través de la imposición de un adulto u otro menor, a un niño o niña valiéndose de la desigualdad de poder con el fin de alcanzar una satisfacción sexual y pudiendo ser más o menos agresiva así como abarcar multitud de comportamientos y actos sexuales. 

La comorbilidad hallada entre los Trastornos de Conducta Alimentaria y las experiencias de violencia sexual no tiene por qué existir en la totalidad de los casos de abuso sexual. Si bien, según la evidencia científica las consecuencias más frecuentes del ASI son los síntomas ansiosos, depresivos y el consumo de sustancias psicoactivas, presentándose también trastornos de estrés postraumático, alteraciones en la conducta alimenticia, así como el posible desarrollo de trastornos de personalidad con la prevalencia del trastorno límite. A través de revisiones sistemáticas, se obtienen como resultado la predominación del trastorno de conducta alimentaria en un 40% de los casos en el ámbito de las consecuencias físicas, continuando las reacciones somáticas con un 20% y, por último, la violencia física, trastornos del sueño, dificultades para conciliar el sueño y las pesadillas con un 10% cada una respectivamente. Es por ello, que las niñas presentan una mayor tendencia a padecer trastornos alimenticios, debido en cierta forma a los sentimientos de culpabilidad y vergüenza que les produce dichas experiencias traumáticas. 

En este sentido, se acentúa la insatisfacción corporal o la relativa a sus características individuales, devaluándose entonces su imagen y viéndose atentado su autoconcepto. El cuerpo y la exposición del mismo se convierte en uno de los motivos centrales de la experiencia de abuso y, por tanto, en foco de rechazo y objeto de control. 

 

Por la propia vivencia del trauma, el cuerpo responde con un miedo muy elevado, desarrollando así un recurso de protección donde este es más elevado que el que se puede vivenciar en la vida cotidiana. Por eso, es importante reelaborar ese miedo y aprender a vivir las emociones de forma adaptativa. 

 

Este, también, es uno de los principales objetivos a tratar en la práctica sanitaria dentro del abordaje de los trastornos de conducta alimentaria, la identificación y gestión de forma funcional de las emociones. 

 

Por todo ello, es de vital importancia empezar a conocer cómo impacta el trauma en la salud mental, cuánto de presente se encuentra en la población víctima de ASI la culpa, el miedo que les genera hablar del tema por las propias repercusiones que pueda tener dentro de su sistema familiar así como la reacción de su entorno en lo relativo a la credibilidad que sus figuras de referencia y protección les otorguen. 

 

La finalidad es psico-educar no solo a los niños, niñas y adolescentes en cuanto a la prevención y abordaje de dicha violencia sexual, sino a las familias y profesionales con la finalidad de desculpabilizar al/a menor así como de ponerlo en protección y brindarle la ayuda que se merece.

Psicóloga de Ita ABB Jerez

 

-Graduada en Psicología por la Universidad de Sevilla.

 Máster en Psicología Jurídica y Forense por la Universidad de Granada.

Máster en Psicologia General Sanitaria por la Universidad de Sevilla.

Experto en Victimología por la Universidad de Pablo de Olavide.

Especialista en Violencia Sexual y TCA.