En el día internacional del Síndrome de Asperger (SA), desde Ita queremos visibilizar al perfil femenino que presenta SA, ya que a menudo es más desconocido, más difícil de diagnosticar y presenta unas características concretas, que a menudo, aunque no difieren de las características principales del SA, pueden mostrar diferentes reacciones externas al perfil.
¿Cómo son las chicas con SA?
Primeramente, cabe mencionar que cada chica o mujer con SA es única, pero muchas de ellas, vemos a través de la práctica clínica, que comparten muchas experiencias.
Las chicas pueden parecer ingenuas o inmaduras, ya que a nivel social, puede que no estén sincronizadas con las normas sociales o bien con las tendencias del momento. Aún así, cabe mencionar que tienden a mimetizar conductas de los demás y son muy hábiles “camuflándose” con su entorno de referencia o grupo de iguales, aunque eso les supone un gran esfuerzo.
Ese esfuerzo que hacen por encajar, puede suponer que liberen sus emociones o la tensión acumulada en su casa, ya que llevan todo el día descifrando reglas sociales o bien imitando a quienes las rodean para ocultar sus diferencias.
Pueden experimentar cambios de humor recurrentes e interiorizar sentimientos de frustración y de fracaso. A menudo, el diagnóstico de TEA en mujeres, se confunde con otros diagnósticos como el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP). Las chicas con SA presentan intereses restringidos, aunque con frecuencia son intereses “socialmente más aceptados” como las redes sociales, las modas o los animales…
Las chicas con SA, a nivel metafórico, podrían compararse con un camaleón, ya que se adaptan a las situaciones, actuando de diferentes formas. A veces, en la práctica clínica, objetivamos que no tienen identidad social, sino que las relaciones que tienen con los demás son superficiales, y eso les supone mucho estrés.
¿Qué nos podemos encontrar?, ¿Cómo ayudar?
Como padres y profesionales podemos ayudar a las adolescentes con SA, explicándoles los cambios corporales para facilitar así su comprensión de lo que están experimentando en su cuerpo. Por ejemplo, anticiparles sobre la menstruación y qué es.
Respecto a los hábitos de higiene, a menudo presentan dificultades y se muestran reticentes o bien no tienen el hábito o rutina de ducharse, lavarse los dientes, peinarse, etc. cada día. Para ayudarlas a que comprendan la importancia de la higiene, podemos usar con ellas la lógica, más que imponerlo. Es decir, como padres o profesionales, explicarles la importancia de la higiene y cómo la falta de ésta repercute en ellas mismas o bien a nivel social, para que puedan comprender por qué es importante.
A veces, son necesarios apoyos visuales como un listado de higiene en el baño, que les sirva como recordatorio visual para que sepan qué deben hacer.
A nivel emocional, debe trabajarse con ellas con la finalidad que sepan identificar las emociones que sienten, ya que les cuesta ponerles nombre, y dotarlas de estrategias para gestionarlas.
En referencia a la sexualidad, cabe destacar que las chicas con SA pueden ser víctimas de acoso sexual, puesto que son un perfil muy vulnerable. Es importante, enseñarles a decir que “no” y anticiparlas de los posibles riesgos y situaciones con las que se pueden encontrar. Es primordial enseñarles educación afectivo-sexual, ya que a menudo, sus fuentes de información tienden a ser páginas de internet y a veces relacionadas con la pornografía, no son fuentes sociales. Por lo tanto, el riesgo que asumen es muy elevado ya que interiorizan ideas y conceptos que no son realistas.
En resumen, como pautas generales, es importante anticiparlas de las situaciones que pueden encontrarse, proporcionarles mensajes concretos y claros, sin dobles significados. Además, cabe tener en cuenta que tienen mucho potencial a nivel de memoria visual y una buena herramienta hacer uso de soportes visuales.
Para finalizar, querría incluir el testimonio de una chica de 20 años con SA con la que tuve el placer de trabajar :
“Tengo la sensación que todo el mundo ha venido a la tierra con una caja de herramientas que sirve para relacionarse y les ayuda con las habilidades sociales. En mí caso, miro mí caja de herramientas, y está vacía. No sé cómo tengo que actuar, ni qué tengo que hacer.
Antes del diagnóstico, pensaba que era bipolar o algo raro, ahora entiendo qué me pasa y que siempre fui diferente, pero eso no tiene porque ser algo malo, pero querría que los demás me entendieran”