Trastornos del Neurodesarrollo

¿Qué es el masking en el autismo?

13 de Noviembre, 2022 Berta Massaguer Bardají

Las personas dentro del espectro autista hacen uso de la estrategia del masking o enmascaramiento como una herramienta, a menudo inconsciente o innata de supervivencia social. Así mismo, cabe destacar, que en ocasiones las personas autistas utilizan el masking de forma consciente o intencionada con el desgaste y sufrimiento que éste puede suponer.

 

El hecho de enmascarar la verdadera identidad y tener que fingir ser una persona diferente o bien reprimir u ocultar algunos comentarios o comportamientos, puede suponer un importante desgaste para las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). En consecuencia, este esfuerzo que realizan las personas autistas

puede desencadenar en sintomatología ansiosa y/o depresiva, que interfiere significativamente en su calidad de vida.

En referencia a los procesos diagnósticos de autismo, el hecho de que el masking puede desencadenar en síntomas de ansiedad y/o depresión, estos pueden ser los comportamientos o síntomas más evidentes y visibles, y, en consecuencia, camuflar otra sintomatología de base que pueda pasar desapercibida. En este sentido, el proceso diagnóstico puede suponer un importante reto para la persona con TEA y para el profesional. Es por esa razón, que es muy importante que los profesionales que realizan diagnósticos de autismo sigan formándose actualizándose y revisando su práctica diaria.

 

El enmascaramiento es una estrategia que puede utilizarse como compensación y puede suponer varios comportamientos diferentes como la imitación de gestos, frases, expresiones faciales, etc., la ocultación de sus intereses o bien intentar que no sean tan evidentes o minimizarlos, tolerar ciertos estímulos sensoriales que puedan ser incómodos y que eso desencadene en una crisis sensorial.

Existen varios motivos por los que las personas autistas pueden hacer uso del masking: a veces pueden utilizarlo con el objetivo de encajar a nivel social, en otras ocasiones para evitar sentirse estigmatizadas o señaladas, a veces con la finalidad de sentirse parte de un grupo, etc.

Además, cabe destacar que esta es una herramienta que tienden a utilizar más las mujeres autistas; quizás esto es debido a que tienden a ser más observadoras que los hombres, que habitualmente tienen un repertorio más amplio de habilidades sociales que el género masculino, así como pueden tener el foco más centrado en la socialización y el interés social.

A continuación, teniendo en cuenta que este artículo también persigue desmontar algunos mitos, es importante destacar que las personas autistas son sociables y tienen interés en los demás, y tener como idea preestablecida o preconcebida que las personas con TEA son retraídas o bien huyen de la interacción con los demás, es un mito y a menudo, un error.

En nuestra sociedad existen varias convenciones sociales y normas no escritas que indican unos comportamientos esperados o “estándar”. Teniendo en cuenta que estas convenciones, a menudo no son claras y pueden ser variables y estar vinculadas a aspectos culturales, a las personas dentro del espectro del autismo les puede suponer una dificultad adaptarse a éstas.

En este sentido, las personas con TEA pueden necesitar una anticipación de las situaciones sociales, para así reducir la incertidumbre sobre qué puede suceder, adquirir conciencia y poder planificar aquello que necesiten, además de que las cosas sean lo más claras y explícitas posible.

 

Finalmente, como reflexión personal, me parece importante mencionar que no es justo que las personas autistas deban utilizar herramientas como el masking El objetivo principal de este artículo es el de visibilizar el autismo, fomentar la sensibilización hacia esta condición y luchar por una inclusión real y una normalización y aceptación de las diferencias que existen entre todas las personas.

 

Coordinadora clínica de la Unidad de Neurodesarrollo de Ita Argentona.

 Psicóloga sanitaria experta en intervención y diagnóstico de los Trastornos del Espectro Autista. 

Educadora social. 

Postgrado de Experto en Intervenciones Sistémicas en la Escuela de Terapia Familiar de Sant Pau.

Doctoranda en Psicología