El alcohol de por si no es malo si sabemos hacer un uso responsable, incluso se defiende en muchos casos que un vaso de vino de vez en cuando ayuda a mejorar la circulación sanguínea y la actividad cerebral, pero no hay ningún estudio real que lo demuestre.


El alcohol se convierte en un problema cuando se produce un abuso excesivo descontrolado, y es debido a este mal uso cuando el alcohol puede generar efectos a largo plazo.


El alcohol puede generar diferentes tipos de efectos en nuestro organismo, principalmente los podemos agrupar en efectos del alcohol a nivel neurológico y efectos a nivel físico, es decir en el cuerpo.


Los efectos del alcohol a nivel físico principalmente se centran en problemas cardiovasculares, los vasos sanguíneos y el corazón sufren consecuencias si tomamos grandes cantidades del alcohol y esto nos puede llegar a generar hipertensión arterial, arritmias, insuficiencia cardíaca…


Otros de los efectos del alcohol son los problemas gastrointestinales ya que este afecta de una manera muy directa a estómago, esófago, hígado y páncreas, produciendo inflamación y úlceras, creando un importante deterioro del sistema digestivo.


En todos los casos de personas alcohólicas se suelen identificar cosas de anemia derivados del abuso del alcohol de forma prolongada, así como manchas en la piel.


Pero el alcohol no sólo genera consecuencias a nivel físico, ya que también está comprobado que afecta al sistema cognitivo general produciendo pérdidas de memoria. En muchos casos también genera ansiedad, estrés, agresividad y puede llegar a generar depresión.


En nuestro centro de Adicciones trabajamos con profundidad los motivos por los que el individuo ha desarrollado una problemática adictiva y trabajamos para que el paciente tenga una vida autónoma fuera de la adicción en todos los sentidos.