¿Ansiedad social en la adolescencia o timidez?
Aunque cada vez hay más conciencia sobre los problemas de salud mental, en muchos casos la ansiedad social (o fobia social) pasa desapercibida. A menudo el propio adolescente que sufre dificultades en situaciones sociales no es consciente de que se trata de un trastorno que tiene solución. Por parte del entorno, se tiende a no prestar la suficiente atención y a minimizar el problema pensando que se trata de timidez.
La ansiedad social y la timidez comparten el sentir malestar o incomodidad en situaciones en las cuales la persona queda expuesta ante los demás como hablar en público, hablar con adultos, ir a eventos o relacionarse con desconocidos.
En el caso de la timidez la intensidad del malestar es más leve. No es un entorno en el que le guste estar, pero puede sobrellevarlo, no evita situaciones sociales ni sufre síntomas intensos de ansiedad. Ser tímido es un rasgo de personalidad, pero no implica sufrir un trastorno.
Para las personas con ansiedad social la intensidad es mucho mayor. Es un miedo persistente a ser juzgado o humillado en público, temen que los demás se den cuenta de los síntomas. Antes de que ocurra la situación ya se sienten ansiosos pudiendo llegar a sufrir ataques de pánico. La intensidad del malestar los lleva a evitar este tipo de situaciones y a desarrollar estrategias y comportamientos de evitación que van condicionando su vida.
La ansiedad social suele aparecer en la adolescencia. En esta etapa la persona se siente evaluado socialmente por sus iguales en el proceso de “encajar “en el grupo y por los adultos en la lucha por diferenciarse y encontrar su sitio. No dude en animar a consultar a los profesionales en salud mental si sospecha que su hijo/a sufre ansiedad social.