Ataques de ansiedad en adolescentes
Cuando un adolescente sufre un ataque de ansiedad la sensación es de peligro inminente, como un ataque cardíaco o similar. La experiencia es muy desagradable, aunque no hay riesgo vital real, se siente como una pérdida de control, pudiendo llegar a la sensación de desmayo o muerte.
Un ataque de ansiedad se caracteriza por un aumento brusco de malestar o miedo intenso que se acompaña de síntomas físicos como palpitaciones, sudoración, temblores, dificultad para respirar, presión en el pecho, nauseas… Estos episodios de ansiedad pueden estar vinculados a situaciones concretas o bien suceder de forma espontánea, sin un motivo aparente.
Tras un primer ataque de ansiedad, el temor a que se repita es muy intenso. A menudo, esto lleva al adolescente a desarrollar conductas de evitación, intentando evitar o huir de situaciones asociadas al primer ataque. Como una forma de encontrar un sentido, se tiende a pensar que es la situación la que ha causado la crisis. Para estar “a salvo” evita encontrarse en la misma situación. Esta actitud, lejos de solucionar el problema, va limitando las actividades cotidianas y afectando a la calidad de vida.
Si tú o alguien cercano ha enfrentado un episodio de ansiedad, es crucial buscar asesoramiento profesional en salud mental. Los expertos pueden ayudar a manejar las emociones y pensamientos relacionados con estos episodios.