Diferencia entre trastorno negativista desafiante y trastorno de conducta
El trastorno negativista desafiante, a diferencia del trastorno de conducta, suele iniciarse en la infancia y raramente se diagnostica pasada la adolescencia.
Ambos trastornos comparten el desafío frente a las figuras de autoridad, los episodios de ira y conductas disruptivas como mentir o agredir. La diferencia principal es la gravedad de los síntomas. Un trastorno negativista desafiante no tratado en la infancia, puede empeorar hacia un trastorno de conducta.
En el trastorno negativista predomina un estado de enfado e irritabilidad. Discute y muestra una actitud desafiante, sobre todo con las figuras de autoridad. Molesta a los demás sin un motivo aparente. Acostumbra a culpar a los demás de lo que hace mal y se muestra rencoroso y vengativo.
En el trastorno de conducta hay un incumplimiento grave de las normas como pasar la noche fuera, absentismo escolar, etc. Peleas o amenazas a los demás, crueldad física a personas o animales. Destrucción de la propiedad y/o robos.
Las conductas de oposición y falta de cooperación en los niños pueden tener muchas causas. Por ejemplo, los/as niños/as que sufren un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) pueden no hacer las tareas o no hacer caso de las normas. Estas actitudes están relacionadas con su impulsividad, con el hecho de “no tener espera” y requieren un abordaje muy diferente a los niños con un trastorno negativista. También en niños/as que sufren un trastorno el espectro autista pueden observarse comportamientos difíciles.
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