Trastorno negativista desafiante en niños
Los comportamientos rebeldes y las actitudes negativistas en un niño no siempre se deben a un trastorno negativista desafiante. Pueden deberse a situaciones concretas y ser una reacción puntual.
La frecuencia y la intensidad de estos comportamientos es un dato importante para diferenciar si se trata de un trastorno. Si observamos que el niño se comporta de forma agresiva y rebelde de forma sistemática, afectando en las relaciones familiares y en la escuela, es probable que sufra un trastorno negativista desafiante.
Un diagnóstico temprano ayudará a prever futuras complicaciones y el deterioro de la actividad familiar, social y escolar. Acostumbra a detectarse a edades tempranas, entre los 4 y los 8 años. El niño tiene comportamientos negativos, es desobediente, se muestra hostil, desafiante. Su estado habitual suele ser el enfado, sobre todo con figuras de autoridad.
La exploración por parte de profesiones especialistas en trastornos de conducta permitirá valorar si existen otros trastornos asociados como el TDAH. Este tipo de trastorno suele estar vinculado.
Los niños con un trastorno negativista desafiante tienen dificultades para regular las emociones, falta de habilidades sociales y un pensamiento rígido. Digamos que sus comportamientos no son voluntarios. Internamente no han desarrollado las habilidades para poder interactuar y gestionar los desafíos del entorno. Ante la frustración o al sentirse agredido, reaccionan de forma agresiva.
En los adultos también suele provocar impotencia y agresividad. Ambos dicen cosas de las que luego se arrepienten. El tratamiento ofrece un espacio en el que aprender nuevas formas de relacionarse y romper el círculo vicioso de relaciones frustrantes – hostilidad.
Si desea más información, puede consultar el tratamiento de los trastornos de conducta en Ita Salud Mental.