Trastorno por atracón tratamiento
El tratamiento del trastorno por atracón, como en el resto de trastornos de la conducta alimentaria, es multidisciplinar. Puesto que afecta a diferentes áreas de la persona, psicológica, física y social, conviene un tratamiento en el cual estén implicados profesionales de diferentes áreas.
Tratamiento psicológico
Si existe sobrepeso u obesidad, al mismo tiempo que se inicia el tratamiento psicológico, se realiza una valoración física. Se valora el estado general para controlar las posibles patologías asociadas al sobrepeso, como la diabetes, el colesterol, los problemas cardiovasculares, etc.
En una primera fase, el tratamiento psicológico se enfoca en conseguir los siguientes objetivos:
- Disminuir la frecuencia de los atracones.
- Disminuir la cantidad de alimentos que se ingieren en cada atracón.
En fases posteriores, se exploran los problemas de gestión emocional y los problemas interpersonales que están influyendo tanto en el desarrollo, como en el mantenimiento de los atracones. Se desarrollarán nuevas estrategias para afrontar las situaciones difíciles.
Para la prevención de recaídas es importante identificar qué situaciones provocan los atracones. Se trabaja cómo identificar las “señales” que preceden a los atracones, y cómo enfrentarse con nuevas estrategias.
Tratamiento nutricional
En el trastorno por atracón hay un deterioro de los hábitos alimentarios. A menudo se siguen patrones disfuncionales como restricciones de comida por las mañanas, cantidades dobles de alimentos, comidas nocturnas o picoteo, etc. Por ello, paralelamente al tratamiento psicológico, es importante trabajar la adherencia a hábitos alimentarios saludables.
Recomendar una dieta hipocalórica sería perjudicial, puesto que puede favorecer los episodios de ingesta compulsiva. El tratamiento nutricional consiste en una “reeducación” en la alimentación, que va más allá de la simple información. Se trabaja de forma personalizada el tipo de alimentación, la distribución de las comidas durante el día, la calidad y cantidad de tiempo que se dedica a la comida, etc.
Es importante aprender a diferenciar entre “sensación de hambre” y “sensación de apetito”. El hambre sería la respuesta instintiva del organismo cuando necesita alimento, y el apetito es el deseo de comer.
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