Características del espectro autista en niños
Los niños que sufren un trastorno del espectro autista suelen manifestar una serie de retrasos en la adquisición de habilidades, sobre todo en cuanto a la comunicación y la forma de relacionarse con el entorno. Estas disfunciones suelen observarse antes de los 3 años. Algunos signos de alerta en los primeros meses de vida son falta de contacto visual, que no responda a su nombre (12 meses), no señale objetos (14 meses), dificultades con el juego simbólico (18 meses).
A nivel de lenguaje puede haber un retraso en su adquisición, repetición de palabras o frases, respuestas no relacionadas con la pregunta o casos en los cuales no llegan a adquirirlo.
A nivel motor pueden aparecer movimientos repetitivos, aleteo de las manos, mecerse o girar en círculos. El pensamiento y la conducta muestran rigidez. Se centra y obsesiona con algo concreto. Se irrita con pequeños cambios, todo tiene que seguir una especie de “ritual” preestablecido. Los ruidos, olores, texturas diferentes pueden irritarle de forma desmedida.
Los primeros en detectar que algo no va bien suelen ser los padres. Notan como un parón en el desarrollo. Detectan como si fuera hacia atrás en la adquisición de habilidades. El diagnóstico del trastorno del espectro autista requiere un proceso de observación, de recopilación de información y diferentes pruebas realizadas por profesionales especialistas en TEA de diferentes disciplinas (médica, psicológica y social).