Adicciones

Drogas y deporte

19 de Febrero, 2021 Carolina Marín García

Debido a la alta frecuencia de deportistas que resultan positivos en los controles antidopaje, la Agencia Mundial Antidopaje ha modificado su código. A partir del próximo 1 de enero, la cocaína, la diamorfina (heroína), la metilendioximetanfetamina (MDMA/“éxtasis”) y el tetrahidrocannabinol (THC) serán identificadas como sustancias de uso indebido desde el 2021. Esto significa que si un deportista puede demostrar que el uso de cualquiera de estas cuatro sustancias estaba fuera de la competencia y no estaba relacionado con su rendimiento deportivo, la suspensión o inhabilitación para participar en torneos no será de 24 meses sino de tres meses, o de un sólo mes, si el deportista completa un programa de rehabilitación de drogas.

 

Esta modificación en el código de la Agencia Mundial Antidopaje nos invita a realizar algunas reflexiones. Para empezar, la preocupación por la salud de los deportistas de alto rendimiento, que posiblemente sometidos a las presiones externas, a la autoexigencia, a las dificultades para gestionar los triunfos o las derrotas, puedan recurrir al uso de sustancias psicoactivas, y que éste uso pueda desencadenar un abuso o una adicción. Por eso, es necesario buscar la intervención adecuada para el abordaje de un resultado positivo de dopaje, que no incluye únicamente una sanción al deportista, más bien permitirle que pueda acceder a un espacio terapéutico donde pueda reflexionar sobre su situación actual. Esta intervención no solo podría atender a una adicción, sino que también sería una acción preventiva y esencial para preservar la salud y la carrera de los deportistas.

Por otro lado, inquieta el impacto que podría tener en la sociedad una mala interpretación sobre la rebaja o la laxitud de las sanciones por el uso de dichas “drogas recreativas”. Trivializar sobre el consumo de sustancias psicoactivas es contradictorio con el espíritu deportivista y los valores de la disciplina deportiva, que van asociados al cuidado del cuerpo y de la mente. No podemos olvidar que en nuestra sociedad, algunos deportistas son líderes que ejercen influencia directa sobre niños, jóvenes y adultos. Si bien podríamos pensar que ningún deportista debería consumir sustancias ilícitas, no podemos caer en la negación de esta práctica. Así que es más adecuado un abordaje que permita dar una solución a la salud integral del atleta, y que también pueda transmitir a la sociedad, la posibilidad de la superación de las adicciones con un tratamiento de rehabilitación específico.

 

Es importante insistir en las consecuencias negativas que puede acarrear el consumo de drogas. Por lo común, al inicio se produce en entornos lúdicos pero que progresivamente si el uso es más frecuente y se desarrolla la dependencia a la sustancia, en todas las personas, incluidos los deportistas de élite. Por ello, es importante ser consciente de esta problemática y más que estigmatizarla, aceptar un abordaje integral que restaure la salud física y psicológica.

 

Recordemos que el deporte y la realización de una actividad física produce la liberación de endorfinas, que tienen un efecto positivo sobre el estado de ánimo de las personas, reduce los niveles de estrés y favorece la autoestima. El deporte ha sido durante años un factor de protección al consumo de drogas, ya que es una actividad que favorece el cuidado de la salud, e incluso se recomienda su práctica en un proceso de recuperación en la adicción. En los deportistas de alto rendimiento, además de estos beneficios confluyen las presiones por el éxito, aprender a autoregularse emocionalmente es primordial para su carrera profesional sea exitosa, aceptar sus vulnerabilidades como individuos y aprender a gestionarse es esencial. Por lo tanto, el soporte psicológico es fundamental incluso si hay un control de dopaje positivo como negativo.

Psicóloga de Ita Adicciones