La necesidad de cuidar la salud mental de las personas es una realidad cada vez más evidente. Velar por este bienestar mental es fundamental en todas las etapas vitales. Hoy queremos hacer hincapié sin embargo en la etapa de la adolescencia, una etapa crucial de cara al desarrollo, donde la salud mental puede verse afectada por distintos factores, como cambios hormonales, desarrollo de la identidad, dificultades de relación, presiones académicas o familiares, etc. Además, la importancia de cuidar la salud mental en esta etapa también radica en que nos encontramos en un momento crítico para establecer patrones de salud mental positivos y sanos que no tengan un impacto negativo en el futuro. Es por este motivo fundamental que desde todos los espacios donde los adolescentes estén presentes se tengan en cuenta estas cuestiones y se cuide especialmente su bienestar mental. A continuación, expondremos brevemente y en base a nuestra experiencia profesional el panorama que se encuentran los adolescentes con algún tipo de problema de salud mental a la hora de enfrentarse a diferentes contextos, en concreto en académico, social y familiar.
A nivel social sigue existiendo mucho estigma y desinformación respecto a todo lo que gira en torno a la salud mental. Es cierto que cada vez se va observando una mayor apertura y conciencia a lo que se suma un aumento de las personas que a través de redes sociales dan visibilidad, muchas veces desde sus propias experiencias, a este tipo de problemáticas. El conflicto en este punto es que el mayor acceso a medios de difusión también puede suponer un obstáculo de cara a la comprensión de la salud mental de forma sana. Sigue siendo por lo tanto fundamental educar de forma positiva en salud mental, con el fin de evitar caer en mitos o noticias faltas que puedan difundirse por redes sociales.
Sumado a lo anterior, tradicionalmente ha existido una falta de consideración hacia las personas con problemas de salud mental. Esta falta de consideración aumenta en el caso de los adolescentes con problemáticas de salud mental puesto que es una etapa en torno a la que giran muchos estereotipos: “inconscientes” “poco maduros” “hacen lo que quieren” “no piensan, etc. Es por este motivo por el que los adolescentes con problemáticas de salud mental tienden a ser poco escuchados y a sentirse muy incomprendidos. En este sentido, es fundamental crear entornos donde estos puedan sentirse escuchados y validados.
Por otro lado, y haciendo referencia al plano académico, los centros educativos tienen una importante labor en la prevención de problemas de salud mental, ya que son un espacio central de aprendizaje y desarrollo en la infancia y adolescencia. Se trata de un entorno en el que las niñas, niños y adolescentes pasan muchas horas y donde todo aquello que sucede impacta en su autoestima, creencias, hábitos, relación con los demás, proyectos de futuro, etc. Impulsar actuaciones que fortalezcan estos aspectos de forma saludable, supone consolidar los factores de protección de la salud del alumnado.
Desde Ita Mirasierra, trabajamos mano a mano con institutos, universidades y centros formativos con el objetivo de mejorar la intervención hacia los/las pacientes. Nuestra visión desde la parte educativa es que, actualmente, en los centros educativos han aumentado exponencialmente el número de alumnos que necesitan ayuda terapéutica para restablecer o recuperar su bienestar. Especialmente en los primeros meses del curso escolar, son habituales las consultas para profesorado y personal educativo ante situaciones en las que sienten ansiedad e incapacidad de atender lo que se les exige. La prevención en estos casos es fundamental, y en especial el rol de los centros educativos para la identificación de alumnado en riesgo. Por ello, es imprescindible dotar a los equipos docentes de planes de bienestar que contribuyan a ofrecer entornos sanos y seguros.
Por último, respecto al ámbito familiar, una de las respuestas de las familias más frecuente es la relacionada con sentimientos de no saber cómo ayudar a su hijo/a, para que pueda conectar con emociones agradables y con un bienestar, no saben qué hacer para “que esté bien”. Muchos padres pueden llegar a experimentan sentimientos de preocupación, frustración y tristeza porque no saben cómo ayudar a sus hijos/as. Esta situación desencadena en ellos sufrimiento porque siendo figuras cuidadoras no están siendo capaces de cumplir la tarea de proteger, cuidar y asegurar un bienestar en sus hijos/as, lo que al final generar gran sentimiento de culpabilidad en ellos. Por este motivo, desde ITA creemos fundamental la implicación de las familias en todo el proceso y facilitamos espacios para favorecer esta implicación.
En conclusión, es imprescindible que identifiquemos todos estos espacios donde los adolescentes se desarrollan, entre ellos el ámbito social, familiar y académico, con el objetivo de entender qué respuesta se da a las diferentes problemáticas que pueden surgir. La detección de estas problemáticas es imprescindible de cara a repensar medidas de protección para cuidar la salud mental de nuestros adolescentes.