La palabra suicidio comienza a salir poco a poco de la oscuridad. En los últimos tiempos, los medios, las autoridades sanitarias y la sociedad en general han levantado el velo de secreto, vergüenza y estigma que relegaba el suicidio a la categoría de tabú para ubicarlo por fin en su legítimo lugar: un problema de salud pública de primer orden, sobre todo, cuando hablamos de suicidio adolescente.
El sentimiento de soledad, la falta de perspectivas de futuro, el desasosiego ante un mundo de conflictos crecientes y globalizados, la ruptura con la realidad que supuso el confinamiento durante la pandemia de covid-19… No hay una sola razón detrás de la escalada en las cifras de suicidios adolescentes (o intentos) que se ha registrado en los últimos años.
¿Qué conduce a alguien tan joven a contemplar la posibilidad de quitarse la vida?
Os presento mi libro, “Romper el Silencio, Reflexiones para entender y prevenir el suicidio entre los jóvenes”. Es un libro escrito desde la visión de mis 25 años como psiquiatra en Ita Salud mental, acompañando a jóvenes -y sus padres- y a adultos en las diferentes crisis de la vida, como voluntario del teléfono de prevención del suicidio y como padre. De forma rigurosa y amena reflexiono sobre el suicidio en el joven dando claves prácticas para entender, detectar, prevenir y acompañar a nuestros hijo, alumnos o pacientes que ven en el suicido la forma de resolver sus conflictos.
Con la ayuda de testimonios y viñetas clínicas transmito mi experiencia y reflexiones en este delicado tema. El libro busca desmitificar el suicidio, brindando apoyo y esperanza a jóvenes, padres, educadores y profesionales de la salud, promoviendo la conversación abierta como una forma de prevención.
En el epilogo propongo actitudes asertivas de los padres y docentes que pueden ayudar a los jóvenes en crisis sentirse acompañados.
“Romper el silencio” es un libro positivo, esperanzador, que nos aclara las dudas que podamos tener sobre el suicidio y tiende una mano tanto a los jóvenes como a los padres, a los educadores y a los profesionales de la salud. Porque «el suicidio es una solución eterna para un problema que muchas veces es temporal». Y la mejor forma de prevenirlo es hablar de él sin miedo.