Hace más de una década un psicólogo británico llamado Cliff Arnall de la Universidad de Cardiff dio nombre al tercer lunes de enero por ser considerado el día más deprimente del año. Desde entonces el conocido como Blue Monday, o “lunes triste” en castellano, ha hecho visible un debate poco atendido hasta el momento: cómo se atiende el ánimo depresivo en la sociedad actual.
Resulta interesante analizar el impacto que ha tenido este concepto en una sociedad en la que el ánimo depresivo está muy estigmatizado a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala la depresión como la tercera causa de discapacidad en el mundo. España es el cuarto país de Europa con el porcentaje más alto de personas con depresión, con más de 2 millones de personas que padecen esta dolencia.
Según la OMS, la depresión es un trastorno mental que se caracteriza por la presencia de “tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, con afectación al sueño o el apetito, sensación de cansancio y falta de concentración” que se mantiene en el tiempo. Puede ser muy incapacitante afectando considerablemente al desempeño laboral y académico y dificultando en gran medida el desarrollo de tareas básicas de la rutina diaria.
A pesar de ello, a menudo las personas con depresión sienten preocupación porque el resto les perciban como personas débiles, perezosas o directamente incapaces de hacer frente a su vida, un estigma social que en muchas ocasiones les lleva a aislarse de su entorno y a demorar la petición de ayuda a los profesionales especialistas.
Una de las claves a tener en cuenta para un adecuado tratamiento y un buen pronóstico es la prevención precoz; lo que hace indispensable que tengamos conciencia de cómo identificar esta dolencia ya sea en uno mismo o en personas de nuestro entorno.
Algunos elementos que pueden ayudar a la identificación de un estado depresivo son: apatía, malestar, tristeza, no tener ganas de levantarse de la cama, cambios en los hábitos alimenticios y/o del sueño (ya sea por exceso o por defecto), falta de energía y fatiga, baja autoestima (sentimiento de ser inútil, culpa, etc.). También puede expresarse en incapacidad para concentrarse, actitud retraída o falta de iniciativa, aislamiento social (sentimiento de soledad, desesperanza…) y la falta de apetito sexual entre otros.
Con frecuencia los síntomas depresivos están ligados a acontecimientos que han afectado anímicamente a la persona (por ejemplo, un despido laboral, la muerte de algún ser querido, la ruptura de una relación de pareja, etc. o incluso a una situación de estrés o agobio prolongado) y que no se han resuelto pasado un tiempo determinado. Pero ¿qué pasa cuando estas sensaciones se mantienen en el tiempo? Sin duda es ahí cuando debemos acudir a un especialista.
El tratamiento de la Depresión en Ita Salud Mental se basa en un abordaje integral donde tratar los síntomas de la depresión y las causas que lo originaron para evitar así que se prolongue en el tiempo y que derive en otros trastornos del estado del ánimo como: la ansiedad, los trastornos de la conducta alimentaria, los trastornos de conducta, la adicción a sustancias, las adicciones comportamentales, los trastornos de personalidad, el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad, y los trastornos del aprendizaje.
Sin duda, movimientos como el del Blue Monday permiten visibilizar a aquellas personas que viven de forma continua en un “lunes triste” y necesitan nuestro apoyo
