¡Qué casualidad que este año 2020, con la emergencia sanitaria que estamos viviendo, la OMS declara Año de la Enfermería coincidiendo con el bicentenario del nacimiento de Florence Nightingale!, precursora de la enfermería moderna y que creó el primer modelo conceptual de enfermería. Creo que esta iniciativa puede ser de gran valor para darle el impulso y el empoderamiento que nuestra profesión necesita, sobre todo en algunos países del mundo donde los profesionales de la enfermería luchan por ocupar el lugar que les corresponde.
Cuando me propusieron escribir unas líneas para celebrar el 12 de mayo el Día Mundial de la Enfermería, se me agolparon muchos sentimientos y emociones, pensé en mi profesión, en cómo trabajamos cada uno en nuestros ámbitos o especialidades y como no, en la pandemia del Covid-19, que nos ha hecho “Héroes” de la noche a la mañana. A mí, personalmente, no me gusta que me pongan este adjetivo, nosotros, en nuestra profesión, no realizamos hazañas extraordinarias, simplemente hacemos nuestro trabajo como siempre, con responsabilidad, disciplina y profesionalidad. En estos dos últimos meses hemos pasado de ser un número, un “nena”, a ser profesionales con nombre en la opinión pública.
En Ita Adicciones y Patología Dual, donde tratamos a personas con adicciones a sustancias tóxicas y comportamentales y a veces asociadas a un trastorno mental, también hemos “sufrido” lo que podríamos llamar daños colaterales del Covid-19, en cuanto a que nuestros pacientes dentro del confinamiento en nuestro centro han vivido días críticos en cuanto a la desestabilización de sus patologías mentales: aumento de la ansiedad, irritabilidad, agresividad, insomnio, tristeza por no poder ver a sus familias, hijos, parejas… Nuestro trabajo en el día a día está caracterizado por, no solo aplicar las técnicas de enfermería sino también por acompañar y ayudar a la persona a aceptar su enfermedad, a dar seguridad y estabilidad y como enfermeras en salud mental también nos hemos tenido que reinventar , es decir, siguiendo nuestro método de trabajo y haciendo cumplir al máximo las medidas de prevención, sobre todo la distancia de seguridad, tarea difícil ya que el contacto físico con este tipo de pacientes es importante, hemos y seguimos trabajando para calmar estas situaciones, dar tranquilidad, dar mensajes positivos e intentar entender más aún al paciente en estos momentos tan complicados, buscando estrategias para que puedan seguir su tratamiento habitual.
A nosotros, dentro de nuestro “micro-mundo “en Ita Adicciones y Patología Dual, donde en todo momento hemos tenido controlados a los pacientes en cuanto a la infección por Covid-19, también nos ha afectado esta situación a nivel personal: momentos de ansiedad, situaciones personales de perdida de familiares, bajas laborales por contacto por coronavirus y hemos tenido la oportunidad de hablarlo y apoyarnos entre nosotros para seguir realizando nuestra labor profesional de la mejor manera.
Me gustaría destacar que a pesar de que hemos vivido y seguiremos viviendo momentos duros en nuestro trabajo, si pudiera retroceder en el tiempo volvería a iniciar mis estudios en enfermería no solo por nuestra labor profesional sino por lo que aprendemos día a día de los pacientes y de los compañeros a pesar de los años de experiencia. Termino este escrito con una frase anónima que resume a la perfección todas estas palabras:
“Cuando eres enfermera sabes que cada día cambiarás una vida o una vida cambiará la tuya”, anónimo.
