Salud Mental

Cómo hablar de salud mental sin estigma en la familia

14 de Septiembre, 2025 Marta Pérez Cornejo

La familia es el primer contexto de socialización, cuenta con un enorme potencial para promover creencias, actitudes y conductas referentes al cuidado de sus miembros. Padres y madres son modelos de comportamiento para sus hijos e hijas, de ahí la importancia que el seno familiar tiene en la adquisición de valores personales. 


A pesar de los avances de la sociedad actual, la salud mental sigue tratándose como un tema estigmatizado, repleto de prejuicios y estereotipos que se suelen alejar de la realidad. 

 

El estigma puede tratarse de una barrera incluso mayor que la patología mental existente. 
En ocasiones, se tiende a pensar que los conflictos suceden en contextos ajenos al familiar, en cambio, una gran cantidad de problemas psicológicos emergen en este entorno, donde la persona, atravesando su propia crisis vital, tiene que aprender a convivir con individuos también inmersos en alguna etapa del ciclo vital que les plantea alguna dificultad. Las emociones, sentimientos y pensamientos son el grueso central en patologías como los Trastornos de la Conducta Alimentaria. Sin embargo, preguntar por ellos a las personas adolescentes no es una tarea fácil. 
 

Cada persona cuenta con su propia historia de vida, así como con heridas  emocionales originadas en diferentes momentos vitales. Las heridas emocionales son las consecuencias psicológicas e internas de experiencias traumáticas, estresantes y/o dolorosas que marcan a quien las sufre y pueden llegar a determinar el modo en el que interactúan con el medio. 
Habitar el mismo hogar implica compartir espacio personal, además de formas de percibir al mundo y a los demás. En el proceso de ser padre o madre también se van conformando algunas de las creencias que, posteriormente, pasarán a formar parte del esquema de pensamientos de sus hijos e hijas. La toma de conciencia de uno/a mismo/a y el reconocimiento de los propios patrones de conducta facilitan lidiar con estas en caso de que aparezcan en ellos y ellas. Sin olvidar la presión que el contexto sociocultural ejerce a su vez. 


Algunos de los ingredientes fundamentales en la creación de espacios seguros y libres de juicio son la sensibilidad y sincronía, educación, el respeto y la empatía. 
La finalidad es que se sientan cómodos y cómodas para profundizar y expresar aquello que suelen esconder en sus mundos emocionales.


Hablar de salud mental sin estigmas en la familia no significa: 
- Hacer partícipe al adolescente de todos y cada uno de los conflictos que puedan surgir en el sistema.
- Ocultar información referente a pérdidas, estados emocionales considerados más desagradables, crisis vitales, problemas económicos, etc., con la intención de protegerle. 
- Sobrecontrolar hasta impedirles vivir experiencias de autonomía, independencia y toma de decisiones.
- Imponer nuestra forma de ver el mundo, ignorando que cada sujeto interpreta la realidad desde su propia perspectiva. 
- Invalidar o restar importancia al sufrimiento real del adolescente por el mero hecho de encontrarse en una etapa conflictiva y/o de crisis (“es una etapa” “ya se le pasará” “solo quiere llamar la atención”). 


Algunas de las claves para hablar de salud mental en casa sin estigmas pueden ser
- Adaptar la información que se transmite según la etapa evolutiva en la que se  encuentre su hijo/hija. 
- Escuchar y validar, sin juzgar, interrumpir u opinar. 
- Hablar y normalizar las emociones, así como permitirles ser testigos de las nuestras propias. Indirectamente, se les lanza el mensaje de que está bien sentir cualquier tipo de emoción (culpa, miedo, ansiedad, tristeza...). 
- Establecer límites sanos que permitan la creación de vínculos saludables. 


La salud mental también se cuida en familia. Abordarla desde este ámbito podría suponer el punto de partida que dé lugar al desarrollo de adultos responsables  afectivamente, preparados/as para cuidarse a sí mismos/as.

Terapeuta de planta de Ita Jerez 
Psicóloga General Sanitaria 
Graduada en Psicología y Máster de Psicología General Sanitaria por la Universidad de 
Cádiz 
Con formación en Terapia Cognitivo-Conductual, Intervención en Trastornos de la Conducta Alimentaria y Prevención de la Conducta Suicida.

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