Definir el trastorno límite de la personalidad (TLP) no es una tarea sencilla. De hecho, actualmente todavía no existe una visión consensuada sobre su origen, o incluso su existencia como entidad clínica independiente. Lo que sí sabemos es que se trata de una realidad clínica cada vez más prevalente que merece atención y un tratamiento altamente especializado.
El TLP es una condición de salud mental caracterizada por una desregulación emocional intensa y persistente, que se produce como resultado de la interacción entre una vulnerabilidad biológica combinada con un ambiente invalidante que niega o no responde hábilmente a las necesidades emocionales de la persona. Esto genera dificultad para tolerar el malestar, lo que lleva a una vida marcada por la inestabilidad emocional, relaciones interpersonales caóticas y conductas impulsivas, como autolesiones y pensamientos suicidas, que la Terapia Dialéctico Conductual (DBT) busca reemplazar con habilidades de afrontamiento efectivas. La DBT busca empoderar a los pacientes con habilidades concretas.
La DBT:
La DBT es un modelo de intervención reconocido como el tratamiento con mayor evidencia científica para el TLP, ayudando a nuestros pacientes a tener una vida más significativa y estable. Pese a estas evidencias, el número total de profesionales especializados y que utilizan este modelo sigue siendo insignificante en comparación al número de pacientes que lo requieren.
La DBT se propone:
1. Aumentar las capacidades de los pacientes para que puedan regular sus emociones
2. Motivarles para aprender conductas nuevas que les aproximen a sus metas vitales
3. Asegurar la generalización de las nuevas conductas a todos los contextos
4. Aumentar la motivación y las capacidades del terapeuta que utiliza este modelo
5. Estructurar el ambiente de tal manera que se refuercen las habilidades tanto del paciente como del terapeuta.
El tratamiento DBT trata de conseguir estos objetivos de la siguiente manera:
- Aumenta las habilidades del paciente a través del grupo de habilidades semanal, donde el paciente aprende habilidades de tolerancia al malestar, regulación emocional, eficacia interpersonal, y mindfulness.
- Aumenta la motivación del paciente fortaleciendo el progreso clínico y reduciendo los factores que lo inhiben a través de la terapia semanal individual.
- Asegura la generalización de habilidades a través del coaching telefónico, en algunos casos, y la intervención en el ambiente.
- Aumenta las habilidades del terapeuta a través de la reunión semanal de consultoría y la formación continua.
- Estructura el ambiente a través de las estrategias de manejo de caso y las intervenciones con la familia o la pareja, entre otros.
Como se puede ver, DBT es un tratamiento complejo, compuesto por múltiples estrategias. Manejar cada una de estas estrategias con maestría es un desafío, y quizás una de las mayores dificultades para aprender el modelo y poder brindar el mejor tratamiento a una mayor cantidad de pacientes. Todo esto resalta la importancia de tener centros y profesionales que se especialicen en este modelo, y que puedan ofrecer este tratamiento con los recursos que se necesitan.
Como directora del recurso, me enorgullece poder decir que actualmente en Ita Valencia HC, somos especialistas en el Trastorno Límite de la Personalidad, estando todos nuestros psicólog@s formados en terapia dialéctica comportamental (DBT). Esto nos posibilita seguir siendo un centro de referencia a nivel nacional e internacional donde podemos tratar y ayudar eficazmente a pacientes con TLP.
