La Bulimia Nerviosa (BN) es uno de los diagnósticos de Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) más frecuentes, y se suele encontrar principalmente en mujeres jóvenes. Para entender la BN, me gustaría aclarar algunos de los principales síntomas. A nivel conductual la persona hace una ingesta excesiva de alimento en un breve periodo de tiempo, lo que se entiende como atracón, seguida de una conducta compensatoria. En el plano cognitivo, suele presentarse un pensamiento perturbador en torno al peso y la imagen. Y en el aspecto emocional aparecen sentimientos de insatisfacción relacionados con el cuerpo.
En resumen, cuando una persona sea diagnosticada de BN nos encontraremos con diferente intensidad y frecuencia:
- Atracones
- Preocupación por el peso
- Insatisfacción corporal
Particularmente en la BN se puede apreciar un círculo vicioso que se retroalimenta partiendo de un atracón, seguido de una conducta purgativa que suele ser el vómito y que a su vez “da el permiso” para volver a realizar otro atracón. Realmente el repertorio de comportamientos, pensamientos y emociones es muy amplio, encontrando por ejemplo periodos de ayuna, ansiedad, picoteo, uso de laxantes y diuréticos, obsesión con el deporte, múltiples dietas, episodios de disforia, impulsividad…
¿Cómo llega una persona a verse atrapada en este círculo patológico?
Todos nacemos con una predisposición genética y con las influencias del ambiente vamos creando patrones de comportamiento, hábitos, valores, rutinas… que cristalizan nuestra personalidad, nuestra forma de ser. Unos más exigentes, perfeccionistas… otros más desorganizados, impulsivos…
De alguna forma todos estamos atravesados por una cultura que otorga elevada importancia a nuestro aspecto físico y a nuestra salud, y esto está bien.
Al mismo tiempo, todos queremos mostrar una imagen determinada, y para lograrlo modificamos nuestras dietas, hacemos ejercicio entre otras muchas. Es decir, todos tenemos formas distintas de alimentarnos y cuidarnos. Todos hacemos o hemos hecho cosas “extrañas” con la comida, o hemos variado nuestro hábito alimenticio de forma puntual, siempre a un nivel subclínico claro. Esto quiere decir sin sufrimiento, sin que este aspecto acabe influyendo en nuestro modo de funcionar ni en nuestra salud.
Pero a veces, encontramos una persona en consulta que tras un periodo de restricción exagerada acaba sufriendo un atracón. Y luego como se siente mal vuelve a restringir, y vuelve a no soportar la sensación y acaba haciendo otro atracón. Y así en un círculo vicioso infinito del que no sabe salir. A grosso modo estaríamos hablando de un Trastorno de Atracones.
Si tras la conducta de atracón apareciesen episodios compensatorios como purgas con vómito, uso de laxante o ejercicio extenuado, a grandes rasgos estaríamos hablando de una Bulimia Nerviosa.
Y así, según los diferentes comportamientos asociados a la conducta alimentaria, así serán las etiquetas diagnósticas dependiendo si cumple o no con los criterios de los manuales de psiquiatría.
Un tema importante es cómo afecta la psicopatología a la salud física. Evidentemente la salud mental y física están relacionadas, una mente saludable hace que el sistema orgánico funcione mejor, del mismo modo que un cuerpo sano ayuda al bienestar emocional y previene enfermedades. En el caso de la BN, y según el tiempo de evolución, pueden aparecer asociados problemas médicos graves.
¿Es tan sencillo detectarla? si acaba haciendo tanto daño a la salud y afectando a la vida en general de quién lo padece, ¿cómo se explica que sea tan complicado salir de esta enfermedad?
Unas veces es por falta de conciencia, una ausencia de anticipación a las catastróficas consecuencias que puede tener este comportamiento. Otras veces, la persona se encuentra inmersa en este círculo vicioso y carece de herramientas para romperlo y parar.
Habitualmente en consulta encontramos una persona con un elevado nivel de sufrimiento y con una inmensa dificultad para contener estos síntomas tan perjudiciales. Es muy frecuente que la persona sea consciente del daño que se hace y pide ayuda porque se ve incapaz de salir adelante por sí misma.
Esto daría lugar a otras explicaciones que tienen que ver con formas de funcionar, estructuras de la psique, comorbilidad con trastornos de la personalidad, o sencillamente que el síntoma aparece como un modo de regular un desequilibrio emocional. A veces el síntoma tiene una utilidad, o trae un mensaje cifrado que no hemos sabido interpretar.
Por esta razón, es importante que la persona que padece esta problemática se ponga en manos de expertos cualificados para realizar la intervención psicoterapéutica adecuada. Y para ello Ita Torre del Mar cuenta con un equipo interdisciplinar que conforman médico, psiquiatra, psicólogas, neuropsicóloga, nutricionista, enfermeras, auxiliares y terapeuta familiar que cada semana se reúne para diseñar un Plan de Tratamiento Individualizado y ajustado a las necesidades de cada paciente y su entorno familiar, académico-laboral y social.