Trastornos del Neurodesarrollo

Integración sensorial en TEA

19 de Julio, 2020 Berta Massaguer Bardají

La integración sensorial hace referencia a la manera en la que nuestro sistema nervioso recibe la información. Recibimos, interpretamos, y regulamos la información que llega de nuestros sentidos. Nuestro sistema nervioso responde generando respuestas motoras y de comportamiento adecuadas.

 

La incidencia de niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que tengan características sensoriales atípicas oscila entre el 45% y el 96%.

Las personas con TEA pueden presentar dificultades en asociar estímulos que pertenecen a modalidades diferentes y son presentados simultáneamente.

 

La integración sensorial facilita la capacidad de organizarse en el mundo que nos rodea. Pueden tener dificultades para regular el nivel de alerta.

A menudo, cuando hay un déficit vestibular, nos encontramos con un perfil de chicos que quieren moverse de forma constante. Debido a esta actividad física, puede haber confusión y diagnosticarles como a un TDAH.

 

Teniendo en cuenta las dificultades que pueden presentar las personas con TEA, a la hora de intervenir con esta población, es importante tener estos aspectos en cuenta y realizar un perfil sensorial de cada uno, con el fin de poder maximizar la intervención y facilitarles la asimilación y comprensión de la información.

Respecto a la intervención, pueden realizarse modificaciones en el ambiente, como reducir el desorden, minimizar los ruidos y otros distractores… Los divisores de espacio pueden ser de gran ayuda para reducir el nivel de alerta, ya que se eliminan estímulos. Por ejemplo, puede resultar útil dividir el espacio en área de trabajo, de movimiento y zona tranquila.

Además, pueden presentar dificultades en los cambios y transiciones, ya que además de suponer un cambio de tarea o de lugar, y eso suponer un esfuerzo debido a su rigidez cognitiva, también hacemos referencia a más elementos visuales, auditivos y táctiles que están fuera de su control. Un chico con una hiperrespuesta puede sentirse amenazado o agitado, y en cambio uno con una hiporespuesta, puede sentirse agobiado o confundido si no consigue leer e interpretar todas las señales.

En las transiciones, pueden usarse estrategias como reducir la durada de la transición preparando a la persona con TEA con una previa anticipación, aumentar la estructura, organización y predictibilidad con el uso de agendas visuales, etc.

Como principios clave, cabe tener en cuenta que no pueden usarse las sensaciones como previo, y tampoco como consecuencia o forma de castigo.

 

En la Unidad de Neurodesarrollo de Ita Argentona contamos con una sala de estimulación multisensorial que forma parte de nuestro programa terapéutico y tiene como objetivo trabajar la integración sensorial con nuestros pacientes y ayudarles a fomentar la regulación sensorial,  y en consecuencia su regulación conductual y emocional.  La integración sensorial, es un aspecto importante a tener en cuenta a la hora de plantear una intervención global en personas con TEA.

Coordinadora clínica de la Unidad de Neurodesarrollo de Ita Argentona.

 Psicóloga sanitaria experta en intervención y diagnóstico de los Trastornos del Espectro Autista. 

Educadora social. 

Postgrado de Experto en Intervenciones Sistémicas en la Escuela de Terapia Familiar de Sant Pau.

Doctoranda en Psicología