Primeramente, en referencia a la sexualidad, debemos tener en cuenta que cuando hablamos de sexualidad, también hablamos de desarrollo afectivo, el desarrollo social y emocional que nos hace comprender las relaciones interpersonales, así como la relación que nosotros mismos tenemos con nuestras experiencias y con el entorno. El desarrollo afectivo es importante porque contribuye a la formación del autoconcepto y de la autoestima (Merino y Martínez, 2014).
Cuando hablamos de sexualidad con adolescentes, es muy importante prevenir y educar en una educación sexual temprana, que se realice desde el respeto, la naturalidad y evitando sobreproteger o culpabilizar. Teniendo en cuenta las características de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), se les deben proporcionar estrategias y herramientas para poder adecuar su desarrollo afectivo y sexual.
Este colectivo habitualmente presenta dificultades en adecuarse al contexto y situaciones sociales, la sexualidad, y todo lo que este concepto tan amplio supone, implícitamente supone un reto para las personas con TEA. A menudo, en los talleres de sexualidad que se realizan con adolescentes con TEA, su principal demanda o motivación es “conseguir un novio/a” y aprender a “ligar”. Poder satisfacer sus expectativas es muy complejo puesto que existe una gran presencia de comunicación no verbal (gestos, miradas, insinuaciones…), situaciones que pueden generarse muy imprevisibles y difíciles de anticipar, aspectos muy sutiles que cuesta transmitir…
Las personas con TEA requieren de anticipación para así poder fomentar su seguridad y saber qué va a suceder, pero en el ámbito de la sexualidad, tal y como se ha mencionado anteriormente, poder realizar una buena anticipación es muy complejo por la variabilidad de relaciones humanas, sociales e íntimas que existen. Aún así, respecto a la intervención de esta área con adolescentes con TEA, es importante generar un ambiente de confianza para poder resolver sus dudas, prevenirles de los posibles riesgos como situaciones de abuso o acoso. Esta intervención puede llevarse a cabo mediante recursos visuales, role-playings, muñecos y análisis de vídeos para fomentar la identificación de conductas inadecuadas y así trabajar la prevención y adecuación.
Atender a la sexualidad de las personas con TEA significa tener en cuenta sus intereses, necesidades y demandas. Aún así cabe mencionar la importancia de que los programas que se realizan sobre sexualidad, tengan en cuenta además de la importancia de centrarse en los intereses y demandas de las personas con TEA (“lo que quieren saber”) que forman el grupo, aborden las necesidades (“lo que necesitan saber”) que presenta esta colectivo
En resumen, tal y como se ha mencionado en el presente artículo, trabajar la sexualidad, incluye muchos otros conceptos que deben abordarse con personas con TEA y que son de carácter transversal como el área emocional, las habilidades sociales, la imagen personal, etc. por lo que es importante acompañarlas en sus responsabilidades diarias y posibles situaciones que puedan encontrarse para así, empoderarles y seguir fomentando su autonomía.
En la Unidad de Neurodesarrollo de Ita Argentona realizamos un grupo terapéutico con frecuencia semanal realizado por un psicólogo especializado en TEA sobre sexualidad, en el que se aborda de una forma consciente, sensible y dinámica todos los aspectos comentados y se atienden los intereses particulares y necesidades de nuestros pacientes.