Pacientes del centro Ita Argentona, especializado en el tratamiento de personas con Trastornos del Neurodesarrollo y salud mental del adolescente, visitaron el Auditorio de Barcelona. Esta experiencia les brindó una oportunidad única para explorar la conexión entre los sonidos y las emociones.
Esta actividad se enmarca dentro del programa Acerca Cultura, quienes ofrecen un amplio abanico de espectáculos y actividades culturales a precios accesibles para personas en riesgo de exclusión social o con discapacidad.
El objetivo de esta actividad fue proporcionar una experiencia profundamente beneficiosa en un entorno controlado.
La estimulación sensorial que ofrece la música y el arte permitió a los jóvenes explorar sus emociones, desarrollar habilidades de comunicación y socialización, y practicar la autorregulación en un contexto nuevo. Estas actividades culturales enriquecieron su mundo interior, promoviendo la creatividad y favoreciendo la inclusión social.
La presencia de profesionales como educadores sociales y terapeutas ocupacionales garantizó que la experiencia se adaptara a las necesidades de cada joven, favoreciendo su desarrollo emocional y social de manera terapéutica. Además, los animaron a participar activamente, ya sea expresando sus emociones sobre la música y el arte, o participando en actividades previas o posteriores, como comentarios sobre lo que habían experimentado y sentido.
En ciertas actividades, como manipular instrumentos musicales o participar en demostraciones, los profesionales guiaron a los jóvenes para mejorar sus habilidades motoras y coordinación, permitiéndoles involucrarse activamente en la experiencia.
También se facilitó la interacción grupal, promoviendo la cohesión entre los participantes y asegurando que todos pudieran formar parte de las actividades de manera inclusiva. Esta experiencia se constituyó como una herramienta valiosa para su crecimiento personal.
Los y las pacientes pudieron visitar el auditorio y se realizó una charla donde se mostraron los instrumentos que utilizaban los músicos, los tipos de eventos en los que participaban, el tiempo que dedicaban a la práctica, la frecuencia con la que realizaban conciertos, entre otros aspectos.
espués de esta breve intervención, uno de los músicos mostró su instrumento, explicó sus partes y respondió a las preguntas y curiosidades que los jóvenes plantearon.
Una vez finalizada la charla, los y las jóvenes tuvieron la oportunidad de explorar el espacio, escuchar la interpretación de los músicos, descubrir los instrumentos que utilizaban, observar cómo el director guiaba a la orquesta y experimentar las sensaciones que la música transmitía.
Finalmente, participaron en un taller en el que tuvieron la oportunidad de interactuar con diversos instrumentos musicales, como el violín, la guitarra, la maraca, el tambor, el bongo, la pandereta, entre otros.
Cada uno de ellos pudo experimentar tocando los instrumentos, apreciar sus sonidos y experimentar la coordinación necesaria para crear una pequeña melodía o composición grupal. Disfrutaron, además, del movimiento rítmico y del contacto físico con los instrumentos, lo que añadió una dimensión sensorial y divertida a la actividad.
Las personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) pueden tener una relación muy particular con la música, que varía ampliamente de una persona a otra.
Y en el caso de los jóvenes que participaron en la visita, podemos confirmar que la experiencia fue muy gratificante para ellos.