Cada vez más, Mindfulness y Compasión reciben más atención en la literatura científica irrumpiendo como la práctica más avanzada en el “estado del arte” actual de la psicología. No es en vano que ya se denominan “Terapias de Cuarta Generación”, convirtiéndose en un modelo de psicoterapia puntero y vanguardista.
Para los trastornos psiquiátricos, la inclusión de Mindfulness y compasión puede aliviar y mejorar algunos de los síntomas y el sufrimiento asociado. No se busca la eliminación del síntoma, pero si del sufrimiento innecesario. Se busca que el paciente aprenda a responder con atención plena a las situaciones que causan el malestar emocional. Mediante la meditación se aprende a responder y a observar estas situaciones como pasajeras. Lo interesante en estos casos, no es tanto la desaparición del síntoma, sino la relación que se establece con él.
Mindfulness es un proceso psicológico enfocado a ayudar en el cambio de la manera que tenemos de relacionarnos con problemas existenciales como la enfermedad, el dolor, las pérdidas, etc.
La Compasión es el complemento perfecto del Mindfulness para lograr el alivio y prevención de problemas psicológicos. En entrenamiento en Compasión puede generar valor para afrontar los desafíos de la vida.
“Cuando somos capaces de movilizar nuestros recursos internos para enfrentarnos con ingenio a nuestros problemas, por lo general, la presión del propio problema nos ayuda a orientarnos para salir adelante, igual que un marino orienta la vela para aprovechar mejor la fuerza del viento e impulsar la embarcación. No podemos navegar de proa al viento, y, si solo sabemos navegar con el viento en popa, únicamente llegaremos allí donde este nos empuje. Sin embargo, si sabemos cómo usar la energía del viento y, tenemos paciencia, a veces, podemos llegar donde deseamos. Podremos controlar las cosas”. (Kabat-Zinn, J. 1990).
Porque se trata de control. No se puede controlarlo todo en nuestras vidas, pero lo que tiene que ver con aquello que nos provoca sufrimiento, sí podemos hacer algo. La capacidad de influir en nuestros pensamientos depende, en gran medida de la forma que tenemos de ver las cosas. Y el primer paso es tener conciencia de lo que sentimos que amenaza nuestro control interno, aunque lo que el sufrir fomenta es la huida de nosotros mismos, no querer saber nada de lo que nos duele. Se trata de controlar nosotros a nuestros pensamientos, no que los pensamientos nos controlen a nosotros.
Las sesiones de formación proporcionan a los participantes un entrenamiento basado en un método que garantiza una progresión fiable, con directrices claras y un aprendizaje básicamente experiencial.
Es muy importante indicar que, aunque mindfulness se ha incorporado como un componente terapéutico esencial en muchos tratamientos psicológicos, su práctica en este campo debe ser adaptada en formas específicas para que resulte segura y terapéutica. Consecuentemente, los ejercicios que se proponen a los/as pacientes con problemas psiquiátricos, tienen en cuenta estas consideraciones y están adaptados para esta y deben ser conducidos por psicólogos con formación adecuada y expertos en este campo.
Pasamos a explicar los fundamentos en algunas de las patologías que se pueden beneficiar del Programa de Mindfulness y Compasión:
- Trastornos de ansiedad, incluimos trastornos de pánico, trastorno por estrés postraumático, fobias sociales, trastorno de ansiedad generalizada. Algunas de las características fundamentales en este tipo de patologías es la sensación de amenaza que puede provocar miedo e incertidumbre o efecto catastrofista de ciertas sensaciones corporales. Existe también un rasgo común a los trastornos de ansiedad que es el pensamiento orientado al futuro provocando una preocupación negativa hacia tiempos venideros.
Es muy importante, entonces, para este tipo de problemas, enseñar al paciente a tener una repercepción de los sucesos vitales, ampliando la perspectiva ante las situaciones adversas. Y esto se consigue con la práctica de mindfulness.
- Trastorno de depresión y recaídas: Es 2002 cuando los autores, Willians, M., Segal, Z. y Teasdale, J., publican el libro “Mindfulness-bassed Cognitive Therapy for Depression”, que recogía un protocolo para la atención e intervención psicológica para la depresión, concretamente, para la prevención de las recaídas en depresión. El primer manual avalado científicamente.
La depresión es un trastorno que afecta a un alto porcentaje de la población general. Según El Ministerio de Sanidad y Consumo el 14,7% de los pacientes que acuden por cualquier motivo a las consultas de atención primaria presentan depresión, de los que son conocidos el 72% y reciben tratamiento el 34%. Entre un 50 y un 85% presentan una recaída en el curso de su vida, incluso el 40%, pueden presentar 3 o más episodios depresivos. (Cebolla, A, 2012).
Una característica en este tipo de problema es la rumiación, pensamiento repetitivo que mantiene y provoca la tristeza y se retroalimentan. Para Teasdale, una estrategia para mejorar las recaídas en depresión es la práctica de Mindfulness donde se utiliza el control de la atención para establecer una configuración del pensamiento alternativo, incompatible con la configuración del engranaje depresivo (Cebolla, A, 2012).
En este modelo, se diferencia entre “el modo ser” y el modo hacer”, siendo el primero, el Modo Ser, un estado donde el foco de atención está en aceptar, sin juzgar, la experiencia, y permitir que las cosas sean como son. El Modo Hacer es un estado donde hay siempre algo que conseguir generando una insatisfacción continua ya que la mente siempre está comparando y formando expectativas futuras.
La Terapia Cognitiva basada en Mindfulness es un programa de 8 sesiones grupales donde se proponen ejercicios para aprender a meditar, no con el objetivo de convertir a los participantes en meditadores, sino en entrenar la habilidad de mindfulness. Es importante la propuesta de “tareas para casa” para afianzar los cambios.
- Trastorno obsesivo-compulsivo: se trata de una enfermedad de salud mental que afecta al 2-3% de la población. Las obsesiones son pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes no deseados que causan ansiedad o malestar importante. Estas obsesiones se intentan neutralizar a través de las compulsiones que son comportamientos (lavarse las manos, ordenar, comprobar) o actos mentales (rezar, contar, repetir palabras en silencio) repetitivos que se realizan como respuesta a una obsesión o de acuerdo con unas reglas que ha de aplicar de manera rígida. El objetivo de estos comportamientos es prevenir o disminuir la ansiedad o el malestar, o evitar un suceso o situación temida. (DSM-5).
La práctica de mindfulness en este tipo de patología, conduce a romper el circulo vicioso que se forma entre la obsesión y la compulsión generando lo que se conoce como “círculo virtuoso” sustentado en cuatro mecanismos de acción: a) la regulación de la atención, b) la conciencia corpórea, c) la regulación de la emoción que incluye la re-evaluación, la exposición, la extinción y la re-consolidación, y d) el cambio de perspectiva sobre el sí mismo. Cada uno de estos mecanismos se fortalecen a partir de la práctica continuada de Mindfulness. (Miró Barrachina, MT. Pastor Sirera, J. 2012)
- Trastornos de la Personalidad: responden a un patrón perdurable de experiencia interna y comportamiento que se desvía notablemente de las expectativas de la cultura del individuo. Este patrón se manifiesta en dos o más de los siguientes ámbitos: 1. Cognición (es decir, maneras de percibirse e interpretarse a uno mismo, a otras personas y a los acontecimientos). 2. Afectividad (es decir, amplitud, intensidad, labilidad e idoneidad de la repuesta emocional). 3. Funcionamiento interpersonal. 4. Control de los impulsos. (DSM-5)
En el caso del Trastorno Límite de la Personalidad el sentimiento de vacío, de no encajar, de sentirse perdidos, y de abandono, conforman un estado de inestabilidad que provoca un continuo querer “escapar” de la experiencia y por tanto una desconexión del sí mismo y de los demás. Linehan desarrolla la Terapia Dialéctico Comportamental (DBT) para el TLP, cuyo objetivo principal es que la persona con TLP aprenda a regular las emociones y reducir las conductas desadaptativas dependientes del estado de ánimo. El programa incluye un entrenamiento en mindfulness como requisito esencial para sentar las bases de la adquisición de las demás habilidades (regulación emocional, eficacia interpersonal y tolerancia al malestar).
La compasión es la “guinda del pastel” en el entrenamiento en mindfulness. Resulta imprescindible desarrollar un modo compasivo y amable hacia la propia experiencia, aparezca lo que aparezca, sin juicios. Así conseguiremos una re-percección de los acontecimientos que nos llevará a sentirnos a salvo.
Bibliografía del Programa:
- Kabat-Zinn, Jon. (2013). Mindfulness para principiantes. Kairós.
- Alonso Puig, Mario. (2017). Tómate un respiro mindfulness. S.L.U. Espasa Libros.
- Germer, Christopher. (2011). El poder del Mindfulness. Libérate de los pensamientos y las emociones autodestructivas. Paidós.
- Nhat Hanh, Thich. (2007). El milagro del Mindfulness. Oniro.
- Neff, Kristin. (2012). Sé amable contigo mismo. El arte de la compasión hacia uno mismo. Oniro. El árbol de la vida.