Aunque a priori podamos pensar que la ansiedad y las vacaciones son incompatibles…en muchos casos no es así, incluso ésta puede aumentar en dicho periodo.
La ansiedad como tal, muchas veces viene definida por el miedo al futuro, la sensación de nerviosismo de que algo malo va a ocurrir, la necesidad de tenerlo todo controlado para no tener imprevistos indeseados, la preocupación y rumiación constante y generalizada.
La ansiedad también está muy relacionada con ciertos aspectos de la personalidad como el perfeccionismo, la autoexigencia, el sentido del deber, la rigidez, la anticipación del sufrimiento, el pesimismo, el miedo a lo desconocido… y, por lo tanto, en vacaciones hay varios motivos que pueden llevar a alguien a sufrirla:
- Hiper-exigencia, y alto sentido de la responsabilidad: querer tenerlo todo al máximo de organizado, viajar en grupo o familia y hacerse cargo de todo (mirar todos los restaurantes donde comer cada día, coger los vuelos, coger los hoteles, organizar la ruta al dedillo…esto puede ser perjudicial para quién lo organiza, ya que se va a sobrecargar, así como para los/las que acompañan, que indirectamente se quedan sin poder decidir o sin tener espacio para la improvisación o el descanso).
- FOMO (Fear of Missing out o Miedo a Perderse algo): en la misma línea de lo anterior, el miedo a perderse algo se acentúa mucho sobre todo cuando las vacaciones se realizan en un sitio muy lejano al que probablemente no volvamos a ir. En ese caso, la sensación de tener que cumplir con todos los “checks” de la zona, hacen que incluso se viva la experiencia sin disfrute, sin vivenciar el momento presente, sin sentir, simplemente “cumpliendo”.
- Cambios de planes o improvisar: durante las vacaciones, los tiempos se suelen relajar, los planes pueden cambiar por las inclemencias del tiempo, o por retrasos en los vuelos, u otros problemas que están fuera del control de uno/a mismo/a. Esto puede generar ansiedad debido a la rigidez y al perfeccionismo, y a no aceptar la falta de control y que el hecho de que algo no salga como se desea, no echa a perder la globalidad de las vacaciones.
- Lugares y situaciones desconocidas: el hecho de no entender el idioma, viajar en un transporte que no se está acostumbrado (mucha gente sufre fobia a volar), o de no saber dónde encontrar un médico en nuestro destino, o como llegar a los sitios…etc, puede generar ansiedad, sensación de desprotección y miedo a que algo malo ocurra, si no nos sentimos seguros, es difícil que podamos disfrutar de las experiencias.
- Salir de la rutina: aunque para muchas personas salir de la rutina es algo beneficioso, para otras puede darle una sensación de descontrol. En algunos casos en los que además hay problemas asociados a la alimentación o al ejercicio, las vacaciones pueden generar sentimiento de culpa, ya que se puede vivir como “no estar cumpliendo”.
- Intolerancia al “aburrimiento”, a veces experimentado como un sentimiento de “vacío”, difícil de sostener para algunas personas con las características que hemos comentado.
Después de hacer un análisis de aquellas situaciones que pueden generar ansiedad, vamos a recordar cuál es el significado de la palabra “vacaciones”.
Si buscamos la definición de vacaciones en la RAE (Real Academia Española), así es como se define: “Descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios.” Si nos fijamos, la primera palabra que surge es DESCANSO. Muchas veces sentimos que volvemos de vacaciones necesitando unas vacaciones, y eso es porque no hemos honrado a su significado, y realmente no hemos descansado, ni hemos cesado de nuestra “actividad habitual” (ser hiper-exigentes y cumplir con nuestros deberes).
Siguiendo en esta línea, vamos a nombrar unos sinónimos de la palabra vacaciones: recreo, descanso, receso, ocio, fiesta, holganza. Es importante no olvidarse de la verdadera función de las vacaciones, y que todos y todas somos merecedores de ellas, todos y todas tenemos PERMISO para descansar, y no hay motivo por el que sentirse culpable por ello.
Si sufres ansiedad en vacaciones, estas son algunas recomendaciones para gestionarla mejor:
- Delegar algunas decisiones en otro integrante del viaje (entendiendo que esta persona no es igual que tú, con lo cual decidirá con su criterio). Vigilar de no caer en la trampa de querer controlar o “perseguir” a esta persona para asegurarse de que se está haciendo cargo de la decisión. Por ejemplo, si dejo que mi pareja decida dónde iremos a comer todos los días, debo confiar y no estar pendiente de si lo mira o no.
- No intentar ocupar el máximo los días, y dejar bastante margen de tiempo para las visitas y actividades, para poder disfrutarlas e ir con calma. Si sobra tiempo, siempre se puede descansar o improvisar algún plan en ese momento.
- Realizar actividades “no productivas” o de “descanso”, como darse un masaje, pasar tiempo leyendo un libro o descansando en la piscina, dormir…etc.
- No chequear redes sociales para ver lo que están haciendo otras personas, si esto genera malestar, comparación, o sensación de FOMO. Tampoco entrar en justificar lo que se hace o deja de hacer en vacaciones. Tus vacaciones son tuyas y debes vivirlas como te plazca.
- Plantearse también durante el resto del año, realizar alguna actividad de relax como puede ser yoga, mindfulness, etc. Con el objetivo de rebajar la ansiedad de base.
- Comunicar a las personas que nos acompañan de lo que nos sucede, por ejemplo si tenemos miedo a volar, que la persona que va con nosotros lo sepa, nos puede ayudar (dándonos apoyo verbal, físico, explicándonos cómo funciona un avión, etc).
- Si estás en un proceso de psicoterapia, puedes tomar notas de cómo te sientes, escribir para liberar emociones y poner orden a tus ideas, y poder trabajarlo en terapia.
Te deseo que esta información te haya sido de ayuda y tus vacaciones puedan coger otro color y otras emociones a partir de ahora.
Que tengas un feliz verano y descanso.