El trastorno negativista desafiante es un tipo de trastorno de conducta. El adolescente discute, desafía y provoca de forma sistemática, sobre todo, con figuras de autoridad como padres y profesores. Este comportamiento se instaura como una forma de funcionar, afectando a las relaciones con la familia, los compañeros y profesores. En la relación con los demás predomina la queja, los reproches, la hostilidad…

Suele aparecer antes de los 8 años. Primero suele darse sólo en casa, con la familia, y se va generalizando en la escuela y al resto de ámbitos. Tiene un desarrollo gradual. El adolescente que sufre un trastorno negativista desafiante no es consciente y culpa a los demás de todo lo que le pasa. Son los demás los que sufren su comportamiento.

Aunque se siente mal por el continuo fracaso en las relaciones, es difícil que consulte por propia iniciativa. La falta de éxito y gratificación en las relaciones va minando su autoestima, alimentando su hostilidad hacia “el mundo”. Suele estar deprimido y se suceden los estallidos de enfado y agresividad.

Si su hijo/a adolescente presenta episodios de cólera, discute con frecuencia, tiene una actitud desafiante, se molesta con facilidad, no se debe a los cambios propios de la adolescencia. Es importante consultar cuanto antes con especialistas en el tratamiento de trastornos de conducta. En Ita Salud Mental podemos ayudarles, llevamos más de 20 años trabajando con chicos/as con este tipo de dificultades.

Puede llamarnos al teléfono gratuito 900 500 535, disponemos de una red de centros especializados (psicólogos, psiquiatras, médicos, educadores sociales, terapeutas ocupacionales) en el todo el territorio español.

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Los comportamientos rebeldes y las actitudes negativistas en un niño no siempre se deben a un trastorno negativista desafiante. Pueden deberse a situaciones concretas y ser una reacción puntual.

La frecuencia y la intensidad de estos comportamientos es un dato importante para diferenciar si se trata de un trastorno. Si observamos que el niño se comporta de forma agresiva y rebelde de forma sistemática, afectando en las relaciones familiares y en la escuela, es probable que sufra un trastorno negativista desafiante.

Un diagnóstico temprano ayudará a prever futuras complicaciones y el deterioro de la actividad familiar, social y escolar. Acostumbra a detectarse a edades tempranas, entre los 4 y los 8 años. El niño tiene comportamientos negativos, es desobediente, se muestra hostil, desafiante. Su estado habitual suele ser el enfado, sobre todo con figuras de autoridad.

La exploración por parte de profesiones especialistas en trastornos de conducta permitirá valorar si existen otros trastornos asociados como el TDAH. Este tipo de trastorno suele estar vinculado.

Los niños con un trastorno negativista desafiante tienen dificultades para regular las emociones, falta de habilidades sociales y un pensamiento rígido. Digamos que sus comportamientos no son voluntarios. Internamente no han desarrollado las habilidades para poder interactuar y gestionar los desafíos del entorno. Ante la frustración o al sentirse agredido, reaccionan de forma agresiva.

En los adultos también suele provocar impotencia y agresividad. Ambos dicen cosas de las que luego se arrepienten. El tratamiento ofrece un espacio en el que aprender nuevas formas de relacionarse y romper el círculo vicioso de relaciones frustrantes – hostilidad. Si desea más información, puede consultar el tratamiento de los trastornos de conducta en Ita Salud Mental.

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Las características del trastorno negativista desafiante o TND consisten en comportamientos negativistas, hostiles y desafiantes. Es una forma de funcionar anclada en la queja y el enfado. Discute por todo, sobre todo con personas que tienen un rol de autoridad como padres y profesores.

Se siente agredido por los demás con facilidad y les culpa de sus propios errores. Estos comportamientos no sólo le acarrean problemas de relación con las figuras de autoridad, sino también con sus iguales.

Aunque busca relacionarse, no consigue que sean relaciones placenteras. Son frecuentes los cuadros de ansiedad y depresivos, pero no suelen pedir ayuda, ni la aceptan si se les ofrece.

El rendimiento académico suele ser bajo, no por falta de capacidades, sino por la negativa a hacer las tareas o seguir las consignas en el ámbito escolar.

En la práctica clínica, solemos encontrarnos que los fracasos en las relaciones sociales, los problemas escolares, las disputas familiares,… si no reciben el tratamiento adecuado, empeoran hacia un trastorno de conducta o un trastorno disocial. Con el inicio de la adolescencia puede haber problemas de adicciones o conductas de riesgo.

Recibir el tratamiento adecuado en cuanto se detectan los primeros comportamientos es crucial para evitar que empeore. Si cree que las características descritas encajan con alguien de su entorno, no dude en ponerse en contacto con profesionales especializados en el tratamiento de los trastornos de conducta. En Ita Salud Mental ponemos a su disposición un teléfono gratuito 900 500 535 para una primera orientación.

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En nuestra web puede realizar un test para el trastorno negativista desafiante . Es un test que valora la presencia de un trastorno de conducta en general. Recordemos que el trastorno negativista desafiante forma parte de esta categoría diagnostica.

El test consta de 23 preguntas. Entre ellas hay preguntas que hacen referencia a los comportamientos características del trastorno negativista desafiante, como el hecho de sentirse molestado fácilmente, enfadarse, discutir con figuras de autoridad, etc.

El test se basa en los criterios diagnósticos del DSM-IV, manual que recoge todos los trastornos mentales y que utilizan los profesionales en salud mental. Para el diagnóstico del Trastorno negativista desafiante además de utilizar test específicos para este trastorno, se llevan a cabo entrevistas con el paciente y su familia. En estas entrevistas, se explora la situación actual y se recoge información de cómo fueron las etapas anteriores. Los comportamientos hostiles en niño/as nos indican que hay algún tipo de sufrimiento emocional, ya sea pasajero, o bien, porque forma parte del desarrollo de un trastorno mental. Si le preocupa el comportamiento de su hijo/a, no dude en pedir ayuda a profesionales en salud mental.

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A la hora de tratar a un niño/a con trastorno negativista desafiante (TND) fácilmente podemos caer en centrarnos en las conductas negativas y recurrir al castigo para intentar corregirlas. Esta estrategia suele ser contraproducente, generando una espiral de reproches.

Lo aconsejable es destacar aquellas cosas que si hace bien e intentar pasar por alto comportamientos poco importantes que no sean adecuados.

Mantener una actitud de escucha a sus explicaciones, sin juzgarlas. Explorar cuál es su opinión acerca de las normas o los motivos por los cuales no ha cumplido una consigna concreta.

Normalmente suelen centrarse en culpar a los demás o en la crítica de una u otra norma. Animarle a centrarse más en qué ha sentido cuando se ha comportado de forma hostil o desafiante frente a una persona o a una consigna concreta. De esta forma, le ayudamos a establecer la relación causa efecto de sus enfados, para que poco a poco pueda ir identificando que los provoca.

Estas indicaciones son solamente algunos de los aspectos que se trabajan en el acompañamiento de los padres cuando se inicia el tratamiento. Son actitudes que deben ser constantes, los cambios no son inmediatos.

En Ita Salud Mental trabajamos con la familia, además del niño/a que sufre el TDN para restablecer la armonía familiar que nos permita conseguir cambios. También nos coordinamos con el centro educativo para integrarlo en el tratamiento.

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