Trastornos de la Conducta Alimentaria

Dietas Détox, Keto y Ayuno Intermitente: Riesgos que tienen para la salud mental y para desencadenar un TCA

18 de Junio, 2023 Sara Braza Ruiz y Mª Auxiliadora Erdozain López

Conceptualizando las dietas restrictivas

 

A día de hoy, vemos muchas personas con gran influencia en redes sociales, medios de comunicación, que visibilizan patrones alimentarios como la dieta détox, la dieta keto y el ayuno intermitente. Estos patrones los siguen numerosas personas, sobre todo los adolescentes, con el objetivo de cuidar su salud o de controlar su peso, generando de esta manera una obsesión y una restricción de alimentos.

 

Las dietas “détox” se usan creyendo que limpiarán el organismo de toxinas e impurezas, cuando es una acción propia del cuerpo eliminar toxinas, desechos y protegernos. Los órganos encargados de ello son el hígado y los riñones. Además, son utilizadas con la intención de perder peso de forma rápida. La mayoría de este tipo de dietas consiste en una restricción energética, ya que se basan en consumir solo frutas, verduras y jugos, excluyendo, además, muchos nutrientes necesarios en el día a día.

 

La dieta cetogénica o dieta “keto” es una dieta basada en cantidades altas de grasas (70-80%), medias de proteínas (15-20%), y una cantidad mínima de hidratos de carbono (5%).  De esta manera, las grasas pasarían a ser la principal fuente de energía. Este tipo de dietas, al ser tan restrictivas, pueden ser muy difíciles de seguir a largo plazo. Además, esta restricción alimentaria puede llegar a relacionar los alimentos restringidos como alimentos negativos para nuestro cuerpo y salud.

 

Por otro lado, el ayuno intermitente, consiste en no ingerir alimentos durante un periodo de tiempo. Hay varios tipos de ayuno. El más frecuente es el 16-8, es decir, 16 horas de ayuno y 8 horas de ingesta. En algunas personas, este hábito produce hambre exagerada que deriva en una mayor probabilidad de atracones de comida durante esas 8 horas, irritabilidad, mareos y falta de concentración.

 

 

¿Cuáles son los riesgos a los que nos enfrentamos?

 

La realización de dietas restrictivas conlleva un claro impacto en nuestra salud física. 

 

Estos patrones alimentarios llevados al extremo pueden suponer un riesgo para nuestra salud, provocando carencias nutricionales, conductas obsesivas y compensatorias, consiguiendo una mala relación con la figura corporal y con la comida.

 

 

 

¿Provocan este tipo de dietas un impacto únicamente a nivel físico?

 

La iniciación de dietas se ha convertido en un fenómeno muy común en nuestra sociedad. La cultura, la delgadez y la imposición de un canon de belleza impulsan el deseo de cumplir con el estereotipo aceptado a nivel social y lo que se considera como un “cuerpo ideal’’. 

 

El inicio de dietas promueve la aparición de pensamientos de “éxito’’ o “fracaso’’ en relación con la figura corporal y el peso, fenómeno que puede conducir y desencadenar problemas de autoestima y una influencia negativa en la relación con nuestro propio cuerpo. Esta relación negativa con nuestra figura impulsa en muchas ocasiones la obsesión por controlar la alimentación. A medida que la obsesión aumenta, la necesidad de controlar lo que comemos se vuelve cada vez más intensa, aumentando la probabilidad de desencadenar una relación disfuncional con la alimentación y un posible trastorno alimentario

 

En muchas ocasiones, el círculo obsesivo de la enfermedad que caracteriza a los trastornos alimentarios comienza con la imposición de una dieta. A medida que la obsesión se intensifica, es muy común la aparición de conductas restrictivas que desestabilizan el metabolismo (comer menos cantidad, saltar ingestas, prohibir ciertos alimentos, etc). Estas repercusiones en el metabolismo pueden llevar a episodios de atracones que refuerzan el círculo de la enfermedad. Dichas conductas retroalimentan la obsesión de comenzar de nuevo una dieta para aliviar la culpabilidad desencadenada, lo que posiciona el inicio de dietas como un factor tanto desencadenante como mantenedor de los trastornos alimentarios.

 

 

Es muy común el inicio de estas dietas en la época de primavera con el objetivo de cumplir la famosa “operación bikini’’. La población más afectada por dicho fenómeno son los adolescentes, debido al impacto de las redes sociales. Las comparativas con los grupos de iguales o con figuras de referencia como influencers potencian la aparición de la obsesión o el rechazo hacia el propio cuerpo. Es importante informar sobre los riesgos que acontecen dichas dietas tanto a nivel físico como a nivel emocional, para así contribuir en la prevención de trastornos mentales y alimentarios.

 

Sara Braza Ruiz, terapeuta de Ita ABB Jerez.

Mª Auxiliadora Erdozain López, nutricionista de Ita ABB Jerez.

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