Preguntas Frecuentes

Preguntas Frecuentes Sobre bulimia-nerviosa



  • A nivel clínico se suelen diferenciar dos tipos de bulimia en función de cuáles sean las conductas predominantes.

    Bulimia purgativa
    Hablamos de bulimia purgativa cuanto tras un atracón o episodio de ingesta compulsiva, se llevan a cabo conductas purgativas (toma de laxantes, vómito auto infligido, etc.). No suele ser una conducta demasiado planeada, sino que es una actuación ante los sentimientos de culpa y el malestar. El objetivo es evitar aumentar de peso.

    Bulimia no purgativa
    En la bulimia no purgativa, la ansiedad y el malestar que provoca el episodio de ingesta compulsiva, se intenta compensar con el ejercicio físico o pasando largos periodo de restricción de alimentos.
    Ambos tipos son una división teórica avalada por estudios clínicos en el ámbito de la salud mental. La realidad puede ser mucho más compleja. En nuestros centros atendemos a pacientes que, además de la bulimia como síntoma principal, también sufren algún tipo de adicción. Este hecho está relacionado con la falta de control de impulso. Esta impulsividad los hace más vulnerables a episodios de consumo excesivo de alcohol o drogas.
    Si se siente identificado con estas conductas o bien conoce a alguien, puede contactar con nosotros. Hay que romper el círculo de conductas autodestructivas. Cuánto más temprana sea la intervención, más garantías hay de curación.

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  • A lo largo de los estudios realizados en el campo de la salud mental se ha descubierto que la bulimia tiene una causa multifactorial. Es decir, es fruto de la combinación de varios factores psicológicos, biológicos y sociales que favorecen su aparición.

    Factores psicológicos
    Las personas que sufren bulimia suelen tener una baja autoestima. Se sienten insatisfechas con su propia imagen. No es extraño encontrar en su pasado episodios depresivos. Su relación con la comida puede estar caracterizada por el seguimiento de diferentes dietas y han sufrido o sufren sobrepeso. Suelen ser personas a las que les cuesta controlar los impulsos en otras áreas de su vida, y no sólo en la conducta alimentaria. Pueden sufrir o haber sufrido algún tipo de adicción.

    Factores sociales
    En el pasado han sufrido burlas o comentarios poco afortunados sobre su aspecto físico. Cuando alguien sufre sobrepeso puede ser objeto de críticas por parte del entorno. No olvidemos que los cánones de belleza irreales difundidos en medios de comunicación o redes sociales, marcan modelos difícilmente alcanzables. Si no se encaja con estos “ideales” se puede ir gestando una percepción de sí mismo cada vez más negativa. A nivel familiar, suelen haber antecedentes de algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria. Pueden ser entornos familiares en los se da mucha importancia a la apariencia física.

    Físicamente, puede haber malnutrición y alteraciones digestivas. En las analíticas se aprecian alteraciones bioquímicas, como por ejemplo, la falta de calcio.

    Para un abordaje terapéutico exitoso, es importante atender los diferentes factores que alimentan estos episodios de ingesta compulsiva y los sentimientos de culpa que provoca. En la rehabilitación, intervienen psicoterapeutas para trabajar los aspectos emocionales y las ideas distorsionadas sobre la percepción de uno mismo. Suelen haber conflictos no resueltos. Paralelamente, un nutricionista ayuda a la persona a seguir una alimentación saludable. En algunos casos puede ser necesario un ingreso hospitalario. En Ita salud mental, gracias a un equipo multidisciplinar, se dota a la persona de los recursos y estrategias que sustituyen la conducta patológica y perjudicial en la que se ve inmersa.

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  • La bulimia, junto con la anorexia, es uno de los trastornos de la conducta alimentaria que más afecta a nuestra sociedad. Aunque ambos trastornos comparten la preocupación excesiva por aumentar de peso y la percepción negativa del propio cuerpo, se diferencian en la estrategia que se siguen para intentar “controlar” y aliviar el sufrimiento emocional.

    En la bulimia hay un impulso irresistible a comer de forma descontrolada en momentos puntuales. Tras la ingesta compulsiva, aparece un sentimiento de culpa intenso que genera un gran malestar. Para aliviar estas emociones, se llevan a cabo purgas, ejercicio físico, consumo de laxantes, etc. Este bucle nada saludable, se acompaña de un intenso sentimiento de malestar, sentimientos depresivos, ansiedad.

    Aunque ambos trastornos de la conducta alimentaria comparten la preocupación por el peso, en la bulimia, predominan los actos de ingesta compulsiva. En las personas que sufren anorexia, su conducta se centra más en restringir los alimentos.

    A menudo, la bulimia puede ser más difícil de detectar por las personas del entorno, al no haber una pérdida considerable de peso, ni los síntomas físicos derivados de la falta de nutrientes. En la bulimia, esta relación insana con la comida puede pasar desapercibida durante años.

    Si usted mismo o bien alguien de su entorno sufre un trastorno alimentario es fundamental a acudir a profesionales especializados en el tratamiento de este tipo de trastornos. En Ita le ayudamos a retomar el control de su vida y le acompañamos en el camino hacia la autonomía.

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  • Las personas que sufren bulimia nerviosa tienen episodios de ingesta descontrolada. Comen gran cantidad de comida en un periodo muy corto de tiempo. Tras este impulso, se sienten culpables. Para intentar compensar los efectos y evitar aumentar de peso, desarrollan conductas compensatorias o conductas de purga. Las conductas purgativas suelen consistir en el consumo de laxantes y/o provocarse el vómito. Y las conductas compensatorias, hacer ejercicio en exceso, periodos de ayuno o restringir la ingesta de alimentos.

    La bulimia nerviosa afecta entre un 1% o 1,5% de la población general. En el caso de los jóvenes la incidencia es mayor, hasta un 2%.
    La vivencia de la persona que sufre este trastorno, es que la comida controla su vida. La mayoría de los episodios de ingesta descontrolada están relacionados con momentos de ansiedad y/o sentimiento de malestar.
    Las personas de su entorno pueden observar aumentos o pérdidas de peso que están causadas por este desorden en la alimentación. Aunque, en general, suele pasar desapercibido. Los atracones, suelen ocurrir en la intimidad. La bulimia nerviosa está acompañada de sentimientos de culpa y vergüenza que crea una barrera que dificulta el pedir ayuda y se esconde el sufrimiento.
    Este desorden en la alimentación, poco a poco se va extendiendo a otras facetas de la vida cotidiana. Puede observarse desorden en la higiene, las horas de sueño, etc. La convivencia puede complicarse mucho. Les cuesta seguir las normas. Pueden tener un comportamiento impulsivo, no sólo con la comida, sino en su comportamiento en general. A estas conductas impulsivas (gritos, huidas, etc.) le siguen sentimientos de culpa y arrepentimiento. Se sienten atrapados en una espiral que va deteriorando las relaciones con los amigos y la familia.
    Si cree que alguien de su entorno o usted mismo/a está sufriendo este trastorno es muy importante que contacte con profesionales. Puede recuperar el control de su vida y tiene tratamiento, la bulimia nerviosa tiene cura.
    En Ita Salud Mental disponemos de un equipo multidisciplinar con más de 20 años de experiencia en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria.

  • Para conseguir una recuperación definitiva de la Bulimia, es fundamental conocer en profundidad la situación de cada persona y su entorno, qué factores están manteniendo el problema y cuál es el camino para lograr la autonomía plena. El tratamiento de la bulimia no únicamente consiste en limitar el control de la ingesta de alimentos. La persona debe recuperar el bienestar físico y emocional que ha perdido. La ayuda psicológica es básica para poder trabajar los conflictos y dificultades emocionales que están detrás de la dinámica atracón – purga.

    Al igual que otros trastornos de la conducta alimentaria, la bulimia requiere un tratamiento multidisciplinar. Al ser un trastorno que afecta a varias facetas de la vida, física, psicológica y social, el tratamiento requiere ocuparse de todas ellas.

    Tanto la valoración inicial, como el tratamiento y posterior seguimiento, implica a profesionales de la psicología, nutricionistas, médicos, psiquiatras, educadores, personal de enfermería, etc.

    En líneas generales, el tratamiento consiste en:
    - Psicoterapia
    - Reeducación nutricional
    - Asistencia y seguimiento médico
    - Soporte para retomar la autonomía


    El tratamiento puede realizarse a nivel ambulatorio, en hospital de día o mediante ingreso hospitalario, cuando el estado general de la persona así lo requiere. La implicación de la familia, en según qué fases del tratamiento es fundamental.

    En Ita Salud Mental ofrecemos tratamientos personalizados a cada paciente. Se llevan a cabo por nuestro equipo multidisciplinar especialistas en la recuperación de cada una de las áreas afectadas. Acompañamos al paciente en la reconstrucción de su proyecto vital y le prestamos el seguimiento necesario para lograr una vida autónoma, lejos de la enfermedad.

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  • La bulimia, ya sea por los episodios de ayuno, como por la ingesta descontrolada y las conductas purgativas que le siguen, puede causar complicaciones médicas importantes. Se detectan alteraciones a nivel metabólico y en la funcionalidad de algunos órganos. El grado de afectación dependerá en gran medida del tiempo que lleve con conductas purgativas y/o con restricción de nutrientes. La intensidad también es un factor a tener en cuenta a la hora de valorar la repercusión sobre el organismo.

    A nivel del aparato digestivo, los vómitos pueden causar lesiones, reflujo gástrico, deterioro del esmalte dental, etc. El abuso de laxantes y diuréticos evita el correcto funcionamiento del colon, causando episodios de dolor, meteorismo, distensión abdominal y empeoramiento del estreñimiento.

    El estado de ánimo también se ve afectado. Restringir el aporte de nutrientes o su absorción por parte del organismo, genera malestar. Recordemos que cuerpo y mente están íntimamente relacionados. Desequilibrios metabólicos, influyen en cómo percibimos nuestro entorno, nuestras reacciones y la toma de decisiones se ven alteradas.

    En un primer momento es muy importante la valoración por parte de un médico del estado general de la persona. Los centros especializados en trastornos de la conducta alimentaria disponen de especialistas de varias disciplinas necesarios para un tratamiento integral. Para valorar el grado de afectación se realiza una entrevista diagnóstica, exploración psicométrica, un informe que se comparte y discute con la familia. Todos estos componentes forman parte del complejo servicio de evaluación y diagnóstico que ofrecemos a nuestros pacientes.

    Si desea más información puede llamarnos al teléfono gratuito 900 500 535 y le orientaremos sobre los pasos a seguir en función de la situación en la que se encuentre.

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  • Sí, la bulimia tiene cura. Si conoces a alguien o bien tú mismo/a estás sufriendo este trastorno, probablemente creerás que nadie puede ayudarte. Puedes sentirte incomprendido y quizás hayas intentado pedir ayuda, pero te ha llevado a una espiral de malas experiencias con las personas de tu alrededor. No podemos dejar de insistir en que el primer paso es pedir ayuda a profesionales en trastornos de la conducta alimentaria. Este tipo de trastornos afectan a diferentes niveles y, a menudo, son únicamente la parte visible de problemas más profundos que causan mucho sufrimiento.

    La primera tendencia puede que sea refugiarse en uno mismo, y más cuando se vive a los demás como hostiles y sin capacidad para comprendernos. Aunque es una reacción natural, protegerse de lo que nos hace daño, en este caso, no es recomendable. Hace que el problema con la comida vaya ganando terreno y controle cada vez más nuestra vida.

    Recibir la atención profesional adecuada en las fases tempranas hace que el pronóstico sea mucho mejor. No existe una cura milagrosa, es un camino que hay que recorrer para llegar a una vida rica y plena, lejos de la enfermedad.

    En Ita Salud Mental tienes a tu disposición un teléfono gratuito 900 500 535. Te atenderemos y orientaremos como que somos especialistas que somos en este tipo de situaciones.

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  • Como hermanos, padres, madres, profesores, amigos, y como sociedad en general, todos podemos poner nuestro granito de arena para ayudar a combatir la bulimia nerviosa.

    Estar atentos a las dietas restrictivas. No se trata de satanizar el querer perder peso, sino, de escoger un método saludable para hacerlo. Para ello, lo mejor es consultar con los profesionales de la salud. Un dietista o un endocrino nos ayudarán a determinar unos objetivos de pérdida de peso acorde con nuestra condición física, y de forma saludable. A menudo, no se trata tanto de seguir una dieta restrictiva durante un corto periodo de tiempo, sino, una reeducación alimentaria y cambio de hábitos.

    Valorar qué papel tiene el ejercicio en mí. La práctica de un deporte o hacer ejercicio es una forma de estar sano. Nos aporta equilibrio y bienestar. Si el ejercicio, deja de tener valor en sí mismo, y se convierte en un método para “quemar calorías” o para compensar atracones, ya no es una fuente de bienestar. Pasa a ser una obsesión al servicio de la enfermedad.

    A nivel familiar, es importante favorecer un clima de comunicación. Sobre todo, facilitar el que podamos expresar nuestros sentimientos y el afecto. Aunque es fácil decirlo, el ritmo de vida, las tensiones, los problemas pueden llevarnos a una dinámica de aislamiento entre los miembros de la familia. Estar atentos es un primer paso para detectar esta situación. Por último, y quizás, el mejor de los “antídotos” para los trastornos de la conducta: Aprender a valorarnos, aceptarnos y querernos tal como somos.

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  • En el campo de la psicología y la psiquiatría hace años que se desarrollan diferentes test que permiten evaluar estados psicológicos y patologías. En el caso de los trastornos alimentarios, los profesionales de la salud mental disponen de baterías de test que ayudan en el proceso de evaluación y diagnóstico de las personas afectadas.
    En nuestra web ponemos a disposición de los usuarios un breve test de 14 preguntas. Es gratuito, puedes hacerlo online y sólo tienes que ir contestando con sinceridad cada una de las preguntas.
    Tiene la ventaja de ser un ejercicio personal y anónimo que puede ayudarte a una primera reflexión personal sobre lo que te está pasando. Puedes acceder al test en trastornos de la conducta alimentaria .
    Si lo prefieres puedes llamarnos al teléfono gratuito 900 500 535. Te atenderán y orientarán personas especialistas en este tipo de trastornos.

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    https://itasaludmental.com/conocete

  • Muchos de los pacientes con bulimia empezaron siguiendo una dieta inadecuada y poco a poco han ido desarrollando estrategias cada vez más perjudiciales para la salud (vómito auto provocado, uso de laxantes, ejercicio físico extremo, etc.). La preocupación por la comida, los atracones y los sentimientos de culpa y vergüenza, van minando la autoestima y generando un malestar intenso.

    Pero ¿qué nos lleva a esta situación?
    Por un lado, la sociedad está plagada de modelos de belleza centrados en la delgadez. Se equipara el estar delgado/a con tener éxito social y conseguir la felicidad. Constantemente personajes públicos avalan dietas poco saludables y animan a seguirlas bajo la promesa de grandes beneficios y cero riesgos. La adolescencia es un periodo en el cual somos más vulnerables a todos estos mensajes. Ya de por sí, es un periodo de turbulencias y cambios. Las opiniones del grupo de amigos se vuelven más relevantes, y pierde fuerza el mundo de los adultos. Diríamos que es un terreno abonado para que se implanten estereotipos de belleza distorsionados y promesas de éxito y felicidad.

    Se ha constatado que existe cierta predisposición genética a sufrir un trastorno de la conducta alimentaria. Por lo que, si tenemos antecedentes en la familia puede aumentar la probabilidad. Se siguen realizando estudios sobre posibles factores biológicos que nos hacen más vulnerables. Aunque, hasta la fecha no se ha encontrado un único factor, sí que se han observados alteraciones en sustancias que regulan la sensación de saciedad tras la ingesta de alimentos.

    Si en el pasado se han sufrido carencias afectivas, por las razones que sean, hace que se llegue a la adolescencia con menos recursos para hacer frente a los problemas cotidianos. Conflictos no resueltos influyen en la estabilidad emocional. A menudo, nos encontramos con personas que han sufrido experiencias traumáticas, abuso físico o sexual en su pasado, y aunque han seguido con su vida, las hace más vulnerables.

    Superar la bulimia no consiste únicamente en controlar la ingesta de alimentos. Un abordaje psicoterapéutico es primordial. En Ita trabajamos para recuperar el bienestar físico y emocional. Nos centramos en el funcionamiento del trastorno en cada caso particular, para planificar el camino a seguir y lograr la autonomía plena.

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  • El caso de la bulimia, al igual que el resto de trastornos de la conducta alimentaria, aparece en la adolescencia. Suele afectar más a mujeres que a hombres.

    La insatisfacción con su propio cuerpo es un elemento común en las personas que sufren un trastorno de la conducta alimentaria.

    Han hecho suyos ideales estéticos poco realistas que intentan conseguir a toda costa. Lo cual suele ser fuente de continua frustración.

    La impulsividad es un rasgo característico. Suelen ser personas que reaccionan sin pensar frente a las situaciones de ansiedad o malestar. Estas reacciones les generan sentimientos de culpa y arrepentimiento.

    Tienen dificultad para regular y modular las emociones, por lo que pueden reaccionar de forma irascible e irracional.

    Puede ser que sufran algún tipo de adicción (tabaco, drogas, alcohol) y/o tengan relaciones sexuales poco estables.

    La práctica de un deporte en el cual se dé mucha importancia a la imagen corporal y se controle el peso, puede actuar como detonante para el desarrollo del trastorno.

    La bulimia es un problema de salud importante que puede tener graves consecuencias. Implica un gran sufrimiento para las personas que lo sufren y para su entorno más cercano. No hay duda que la mejor forma de ayudar y romper las dinámicas destructivas que implica este trastorno, es acudiendo a profesionales especializados en trastornos de la conducta alimentaria.

    Tiene cura y cuánto antes se empiece el tratamiento, más posibilidades de éxito tendremos. Necesita un abordaje por parte de un equipo formado por especialistas de diferentes ámbitos que atiendan las diferentes áreas afectadas: médicos, nutricionistas, psicólogos, terapeutas ocupacionales, enfermería, etc. Para más información, puede llamarnos al teléfono gratuito 900 500 535.

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  • A nivel de conducta, la bulimia consiste en la ingesta descontrolada de alimentos. Sufren episodios compulsivos de ingesta de una cantidad exagerada de comida en un corto periodo de tiempo. No son conductas planificadas, ni pueden parar. Tienen la sensación de pérdida de control. Después de estos episodios, sienten la necesidad de eliminar los efectos de las calorías ingeridas. Para ello, llevan a cabo conductas purgativas como provocarse el vómito, el uso de laxantes y/o diuréticos. También intentan seguir dietas restrictivas y hacer mucho ejercicio encaminado a reducir los efectos de la ingesta descontrolada por el temor a engordar.

    A nivel de pensamiento y emocional, existe una preocupación constante por la comida. Los atracones no están motivados por la sensación de hambre, sino con un impulso irracional que no pueden controlar. Viven dominados/as por sentimientos de culpa y vergüenza. Suelen sufrir síntomas depresivos (tristeza, irritabilidad), problemas de concentración e incluso ideas suicidas.

    Es importante señalar que, a diferencia de la anorexia, la persona que sufre este trastorno puede tener un peso normal. Es difícil de detectar por las personas de su entorno. Puede pasar mucho tiempo hasta que la familia o los amigos se den cuenta. Los episodios de ingesta compulsiva se mantienen en secreto y la falta de conciencia de enfermedad es muy frecuente. A menudo, consultan por otro problema y es el médico y/o enfermera quien da la voz de alarma, al observar algunos de los síntomas o indicios físicos que indican que puede estar sufriendo un trastorno de la conducta alimentaria

    Si desea más información puede visitar nuestra página sobre el tratamiento de la bulimia nerviosa.

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  • La mejor prevención para la bulimia y, para los trastornos de la conducta alimentaria en general, es fomentar la actitud crítica con los modelos de belleza irreales frecuentes en nuestro entorno. Animar a los adolescentes a reflexionar sobre sus propios valores, a valorar y aceptar su propio cuerpo.

    Los centros especializados en trastornos de la conducta alimentaria, como Ita Salud Mental, llevan a cabo talleres y/o sesiones de sensibilización en colaboración con otras instituciones: colegios, institutos, servicios de salud, etc.

    Con ello se persigue, por un lado, prevenir a la población de riesgo, en este caso los adolescentes, sobre los trastornos de la conducta alimentaria. Por otro, facilitar que profesionales de otros ámbitos que están en contacto con adolescentes, sepan reconocer los signos de alerta y favorecer una detección temprana.

    Prevención de la bulimia en centros educativos:
    Habilitar espacios informativos y de reflexión ayuda tanto a profesores como a alumnos. Para los docentes, que están diariamente en contacto con la población de riesgo, se les informa sobre las repercusiones de estos trastornos en el aprendizaje y en la vida social del alumno. A los alumnos, se les anima a tener una actitud crítica, a cuestionarse los cánones estéticos, las dietas “milagrosas”, etc.

    Prevención de la bulimia en el sector sanitario:
    Recordemos que las personas que sufren bulimia no acostumbran a pedir ayuda por sí solos/as. La falta de conciencia de enfermedad es un síntoma más del trastorno. A menudo, es un sanitario de otra especialidad, odontólogo, médico internista, pediatra, urgencias, … quien da la voz de alarma cuando consultan por alguna otra dolencia. Que tengan un conocimiento amplio de los síntomas y sus consecuencias físicas, mejora su detección. Cuánto más temprana sea la detección, más garantías de curación tendremos.

    Si pertenece a alguno de estos sectores y está interesado en promover charlas o sesiones de prevención de la Bulimia, o de cualquier otro trastorno de la conducta alimentaria, no dude en contactar con nosotros. En Ita Salud Mental dispone de una amplia red de centros especializados a los que puede dirigirse.

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  • La parte visible de la bulimia, y en general de los trastornos de la conducta alimentaria, son sus consecuencias físicas, conductuales y sociales. Podemos observar el deterioro físico que provoca la privación de nutrientes (restricción, purga, vómitos, laxantes, ejercicio desmedido) y el aislamiento que sufren estos pacientes. Pero, la base de todas estas manifestaciones es psicológica y su tratamiento es primordial en el proceso de rehabilitación.

    Un primer paso en el tratamiento psicológico de la bulimia es trabajar la conciencia de enfermedad. Las personas que sufren este tipo de trastorno racionalizan sus conductas en un intento por justificarse. Es una forma de convencerse a sí mismos y a los demás que sus conductas son normales. Podemos estar tentados de interpretarlo como que nos engañan, cuando intentamos confrontarlos con sus conductas y/o su estado. Lo grave no es tanto que nos engañen, sino que intentan engañarse a sí mismos, para así, evitar el sufrimiento que implica asumir que se tiene un problema.

    Una vez superada esta primera fase, se va fortaleciendo la motivación y el compromiso con el tratamiento psicoterapéutico. Es momento de explorar las emociones, vivencias, pensamientos… que están detrás del trastorno y perpetúan las conductas patológicas. Se consensuan con el psicoterapeuta los objetivos y se planifica el tratamiento individualizado. Cada paciente es único y necesita un abordaje específico.

    En Ita Salud Mental seguimos un modelo de tratamiento centrado en las necesidades de cada paciente. Puede reservar cita directamente en nuestra web o bien llamar al teléfono gratuito 900 500 535 si desea que le orientemos.

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  • El tratamiento nutricional de la bulimia es uno de los pilares que nos ayudará a recuperar una vida saludable. La implicación de un/a nutricionista permite una reeducación respecto a la alimentación. A menudo, cuesta distinguir entre mitos o falsas verdades sobre hábitos saludables.

    ¿En qué consiste el tratamiento nutricional?
    El objetivo es conseguir cambiar el patrón de alimentación que se está siguiendo. Primero se realiza una encuesta alimentaria para evaluar las posibles carencias de algún tipo de alimento. Es frecuente que algunos alimentos puedan ser considerados como “peligrosos”, en el sentido que se consideran excesivamente calóricos. En consecuencia, los habrán evitado en el pasado. En el caso de existir alguna enfermedad como diabetes, enfermedad de Crohn, intolerancia a algún alimento o alergias, se tiene en cuenta para la posterior planificación de la dieta.

    También es importante tener en cuenta cómo se come, no sólo el qué. Si come en familia, solo, horario, cuándo se producen los atracones y como intenta compensar sus efectos. Si hay consumo de tóxicos, alcohol y/o drogas.

    A pesar de que pueda haber sobrepeso, es desaconsejable pautar dietas restrictivas, puesto que puede favorecer los atracones. En su lugar, se pueden indicar alimentos ricos en fibra para potenciar la sensación de saciedad. La alimentación deberá ser variada, aunque en una primera fase se evitaran aquellos alimentos que se consideran más “peligrosos” por el/la paciente.

    Se irá realizando un seguimiento de la evolución en cuanto a hábitos alimenticios y siempre, en estrecha comunicación con el resto de profesionales del equipo. Sería un error considerar que un tratamiento centrado sólo en la dieta nos llevará a la recuperación. Paralelamente, se lleva a cabo el abordaje psicoterapéutico, y se realiza una valoración y seguimiento médico para ir recuperando niveles metabólicos saludables.

    En Ita Salud Mental disponemos de un equipo multidisciplinar para recuperar el bienestar emocional y conseguir unos hábitos alimenticios saludables a largo plazo. Si usted, o alguien de su entorno, sufre bulimia u otro trastorno de la conducta alimentaria, no dude en contactar con nosotros. Puede llamarnos al teléfono gratuito 900 500 535 o reservar una primera visita directamente desde nuestra web.

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  • Aunque no existe una forma concreta de evitar la bulimia, sí que tenemos cada vez más información sobre a quién afecta y cuáles son los factores que influyen en su aparición.
    Las mujeres en la adolescencia o en el inicio de la edad adulta son más propensas a sufrir bulimia, sobre todo, si han sido obesas o han tenido sobre peso durante la infancia. El seguimiento de dietas restrictivas en el pasado o en la actualidad también puede influir.
    En familias donde ha habido casos de trastorno de la conducta alimentaria es importante prestar especial atención.
    Pasar por situaciones difíciles a nivel emocional que causen depresión y/o estrés puede ser el detonante del trastorno.
    Entre las actitudes que pueden actuar como protección de la bulimia y en general, de los trastornos de la conducta alimentaria destacan:
    Reforzar y promover la aceptación de uno mismo, sin centrarse en la apariencia física.
    Desalentar el seguimiento de dietas restrictivas y el control del peso. En su lugar, enfocarlo más en el seguimiento de hábitos saludables.
    Fomentar la autoestima y la autonomía en la infancia y la adolescencia.
    Prestar atención a los cambios de humor, irritabilidad, apatía, etc.
    Si notamos que alguien de la familia o de su entorno tiene problemas con la comida y puede estar sufriendo un trastorno de la conducta alimentaria, la mejor forma de ayudar es contactando con profesionales especializados en este tipo de trastornos.
    Si desea que le orientemos puede llamarnos al teléfono gratuito 900 500 535 o reservar una cita online.

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