La autoexigencia parece ser un mal de esta época. Ahora uno se explota a sí mismo figurándose que se está realizando”, ya no es la antigua filosofía del “deber hacer” una cosa sino la del “poder hacerla. Se vive con la angustia de no hacer siempre todo lo que se puede, y si no se triunfa, es culpa suya.
Cuando empecé con el trastorno de la alimentación estaba baja de ánimos por problemas y cambios en mi vida que se juntaron, pasé por una fase de transición de mi vida que no llevé bien y no supe cómo manejar. Pasé de ser una niña sin preocupaciones a tener que empezar a asumir responsabilidades y ser un poco más madura.
En efecto, como todos sabemos hacer dieta puede ser peligroso. Y no solo por las consecuencias que pueda tener para la salud física, cuando se siguen determinadas dietas sin la necesaria supervisión médica; también puede serlo para nuestra salud mental.